Ya se había constatado que, en lugares más elevados, el tiempo transcurría más deprisa, como se desprende de la Teoría de la Relatividad de Einstein. Lo que ha sorprendido a lo físicos es que este efecto también se produce en alturas mínimas: 33 centímetro o un par de peldaños, y ya envejecerás más rápido.
Naturalmente, la medición de los físicos del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST), la diferencia temporal pasa desapercibida para nuestros sentidos, pues sólo suma aproximadamente 90.000 millonésimas de segundo durante una vida de 79 años. Un tiempo insuficiente para tener más arrugas que el vecino de abajo. Sin embargo, estas diferencias liliputienses proporcionarán aplicaciones prácticas en la geofísica y otros campos.
Esto se debe a que los cuerpos están sometidos a fuerzas gravitacionales desiguales a causa de sus diferentes altitudes por encima de la superficie de la Tierra: el reloj más elevado (que ha experimentado una pequeña fuerza gravitacional) funciona más rápido.
Los investigadores del NIST también han sometido a observación otro aspecto de la relatividad: que el tiempo transcurre más lentamente cuando se mueve más rápido. Para ello han empleado dos de los mejores relojes atómicos experimentales del mundo (llamados relojes de lógica cuántica).
Los relojes son casi idénticos y están basados en el tictacqueo de un solo ion de aluminio (un átomo con carga eléctrica) mientras vibra entre los dos niveles de energía más de un millón de millones de veces por segundo. Un reloj mantiene la hora con una precisión de 1 segundo en alrededor de 3,7 millones de años y el otro está próximo a ese rendimiento.
Vía | EuropaPress