Volar en un caza supersónico Mikoyán-Gurévich MiG-21 es una experiencia limitada a un grupo privilegiado de personas. Como la mayoría de nosotros nunca lo ha hecho, y lo más cerca que hemos estado de ello ha sido viendo Top Gun, sirva este vídeo desde el interior de la cabina como forma de acercanos lo máximo posible a la experiencia.
Era comúnmente conocido por los pilotos soviéticos como «Balalaika» por su similitud con el instrumento musical y por los pilotos polacos como «Otówek» (lápiz en polaco) por la forma de su fuselaje.
Por cierto, aunque parezca en el vídeo que el caza es lento, lo cierto es que volar en uno de estos aparatos someterán nuestros cuerpos a un tirón o G bastante espectacular. Las fuerzas g no son una medida de fuerza sino una medida intuitiva de aceleración. Está basada en la aceleración que produciría la gravedad terrestre en un objeto cualquiera en condiciones ideales (sin atmósfera u otro rozamiento). Una aceleración de 1 g es generalmente considerado como equivalente a la gravedad estándar.
Como se explica en El club de los supervivientes de Ben Sherwood, cuantas más g o “tirones” experimentéis, más posibilidades habrá de que sufráis una lesión. Pero el peligro está en soportar ese tirón durante mucho tiempo: la mayoría de nosotros nunca estamos sometidos a más de 8 g durante un segundo, y mucho menos durante dos. Los aviadores expertos, por ejemplo, pueden llegar a tener vista de túnel cuando sufren entre 4 y 6 g sostenidas. Los mejores pilotos de combate soportan fuerzas de 9 g antes de experimentar lo que se llama g-LOC, pérdida de conciencia inducida por la gravedad. Un piloto de 88 kg sometido a esa fuerza tiene la sensación de que pesa 796 kg.
El récord mundial que ha resistido el hombre en fuerza g es de 82,6 g durante sólo 0,04 segundos.
Vía | Youtube
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