El HLA y no Cupido es el que guía nuestras preferencias amorosas a la hora de encontrar pareja. El HLA son las siglas de antígeno leucocitario humano, es decir, el sistema inmunitario: porque nos seducen las personas que tienen un HLA muy diferente al nuestro.
Es al menos lo que sugiere un nuevo estudio publicado en Nature que analizó la conducta sexual de 254 parejas. "Los opuestos se atraen", que diría el dicho popular, al menos es lo que sucede a este nivel.
¿Por qué la evolución puede haber favorecido esta tendencia? Según los investigadores, las parejas (o animales) con un HLA distinto "incrementan la posibilidad de que su descendencia tenga resistencia a un número mayor de enfermedades". Pero ¿cómo sabemos el HLA de una persona?
A pesar de que aún no se sabe con seguridad si el HLA define el olor de nuestro cuerpo, está probado que ciertos componentes del mismo se encuentran en fluidos como sudor y saliva, y es algo que detectamos inconscientemente.
Otros inputs inconscientes
Algunos rasgos físicos también permiten automáticamente evaluar el sistema inmunitario de la potencia pareja: por ejemplo, si tiene una gran simetría facial, o la piel goza de buena salud.
Un estudio de la Universidad de Clemson en Carolina del Sur, basado en una encuesta a 60.000 hombres y mujeres heterosexuales, por ejemplo, deducía que los hombres que más éxito tienen son los altos, pero también los que tienen sobrepeso frente a los delgados o los obesos. Naturalmente, la atracción física no es el único factor que propicia una relación sexual, y mucho menos una relación afectiva a largo plazo, pero es un factor importante, sobre todo si se aspira a coleccionar amantes. El estudio ha sido publicado en la revista Evolutionary Psychology.
En cuanto a las mujeres, la altura no resultaba importante para tener éxito con el sexo contrario, salvo en un caso: las mujeres que eran de muy corta estatura. Paralelamente, el peso también resultó fundamental a la hora de tener éxito con las mujeres. Los que tenían un Índice de Masa Corporal (IMC), los que más éxito tenían eran los hombres con peso normal o sobrepeso, frente a los obesos y los delgados.
¿Y qué ocurrió con el IMC de las mujeres frente a los hombres? A pesar de que mantener el IMC es para las mujeres un objetivo prioritario, según esta encuesta resultaba irrelevante el IMC para contabilizar el número de parejas sexuales: al parecer, para los hombres, que las mujeres tengan infra peso, normopeso, sobrepeso u obesidad no marcó ninguna destacable.
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