Una cepa de laboratorio común del omnipresente microbio intestinal humano, Escherichia coli, ha sido modificada de tal modo que las bacterias no solo registraban sus interacciones con el medioambiente, sino también marcaban el tiempo de los eventos.
De esta manera manera, los investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia han convertido un sistema inmune bacteriano natural en un registrador de datos microscópico, el más pequeño concebido hasta ahora.
Tecnología que usa células bacterianas
Harris Wang, profesor asistente en el Departamento de Patología y Biología Celular y Sistemas Biología en CUMC, es el autor principal de este trabajo. Según sus palabras:
Tales bacterias, tragadas por un paciente, podrían registrar los cambios que experimentan a través de todo el tracto digestivo, produciendo una vista sin precedentes de fenómenos previamente inaccesibles.
Este hallazgo abre la puerta a nuevas tecnologías que usan células bacterianas, como la detección ambiental y estudios básicos en ecología y microbiología, donde las bacterias podrían monitorear los cambios que de otro modo serían invisibles sin alterar su entorno.
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