La nutrigenómica es ya la nueva ciencia de la alimentación, y sus postulados se asientan en investigación científica de cómo nuestra alimentación y nuestro estilo de vida interactúan con nuestros genes.
La nutrigenética sería la disciplina que nos dice cómo la variantes genéticas que tenemos en el genoma nos dan una distinta respuesta a la dieta que consumimos. La nutrigenómica sería la que a nivel molecular nos explica los mecanismos por los cuales nosotros observamos los efectos nutrigenéticos.
¿Dieta milagro?
La dieta Atkins, la Zona, la South Beach, la de la Luna o la famosa Dukan, así como la propaganda, las píldoras mágicas y otros remedios pseudocientíficos o directamente fraudulentos, resultar eficaces para unos pocos, pero descuidan en general el factor salud. El mayor problema de un remedio no es si funciona o no, sino cuán dañino puede ser para la salud.
La idea de personalizar las recomendaciones dietéticas según el perfil genético de cada uno consiste precisamente en entender realmente lo que nuestro cuerpo necesita para mantener o recuperar el peso saludable.
La investigación nutrigenómica ordena las piezas del rompecabezas que permitirá otorgar a cada individuo aquella dieta más apropiada para prevenir y curar enfermedades. En la práctica, esto supondrá la hibridación de dos culturas científicas, la nutrición y la genética, con diferentes caracteres, distintos objetivos y un modus operandi dispar. El reto de cada día es conseguir avanzar en comunión a pesar de los inconvenientes.
La nutrigenómica utiliza las técnicas tradicionales en metabolismo y nutrición pero también las nuevas tecnologías bioquímicas y, en particular, las denominadas tecnologías ómicas (transcriptómica, proteómica, metabolómica).
Ordovás
La nueva medicina del futuro continuará luchando contra las enfermedades, pero sobre todo se esforzará en mantenernos sanos. José María Ordovás (1956, Zaragoza), catedrático en nutrición y especialista en nutrigenómica en la Universidad de Tuffs (Boston), es pionero en sentar las bases de la medicina preventiva del futuro próximo.
Una medicina que no perseguirá tanto el incremento de la esperanza de vida, que también, como la mejora de las condiciones de esa vida. Hemos pasado de tener una esperanza de vida de unos 40 años (a principios del siglo xx), a 73 años en 1975 y a más de 81 en el presente.
Sin embargo, el número de años que pasan las mujeres españolas con la percepción de estar en buen estado de salud es tan solo de 38, mientras que en los hombres es de 41. La nutrigenómica viene a paliar esta discrepancia abismal entre los años que vivimos y los años que vivimos sintiéndonos bien.
En Europa, existe una importante red de especialistas en nutrigenómica (que son destacados referentes mundiales), la Red de Excelencia Europea de Investigación en Nutrigenómica, la NuGO (the European Nutrigenomics Organization).
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