Si tienes una cara simétrica tenderás a ser más egoísta, según un estudio cuyos resultados serán presentados en la reunión anual del Premio Nobel en Lindau, Alemania, del 23 al 27 de agosto. Los autores del estudio son Santiago Sánchez-Pagés, que trabaja en las universidades de Barcelona y Edimburgo, y Enrique Turiegano, de la Universidad Autónoma de Madrid.
Natalie Portman o Kate Moss, pues, no serían buenas cooperantes y se centraría en sus propios intereses, según sugiere el estudio, que basó en el modelo de conducta del “dilema del prisionero”. En él, dos jugadores tenían la opción de ser una “paloma” y de cooperar para el bien mayor, o ser un “halcón”, inclinándose por la opción egoísta, con la posibilidad de ganar más si el otro jugador eligió “paloma”. Los halcones fueron mayoritariamente personas consideradas atractivas.
Los investigadores han examinado los rasgos faciales de 292 personas y se han analizado caras de famosos, incluyendo las posiciones de los ojos, la nariz, boca y oídos. Así han sido capaces de comparar la simetría facial de los participantes.
La explicación se puede encontrar en la evolución . Los dos académicos especulan que, en un nivel subconsciente, las personas tienden a ver los atributos físicos simétricos como un signo de buena salud. Estudios anteriores han sugerido que los individuos con las caras simétricas tienden a sufrir menos enfermedades congénitas y, por lo tanto, a tomar mejores compañeros sexuales. Como resultado, son más autosuficientes y tienen menos necesidad de buscar la ayuda de los demás.
Además de la asimetría, los investigadores también estudiaron si los niveles de testosterona que los individuos habían presentado durante su crecimiento (que se reflejan en variables como la masculinidad de la cara o la diferencia de tamaño entre los dedos índice y anular) o en el momento de realizar el experimento afectaban a su tendencia a cooperar. En general se suele asociar a altos niveles de testosterona conductas competitivas, sin embargo encontraron que los hombres que habían presentado valores intermedios de testosterona durante las primeras etapas del desarrollo tendían más a cooperar, mientras que los que tuvieron valores relativamente altos o bajos fueron menos cooperativos. El hecho de que la testosterona en el momento de realizar el experimento no tuviese un efecto indica que son los cambios que la testosterona produce en los primeros pasos del desarrollo del sistema nervioso los que influyen en este comportamiento.
Los autores del estudio se apresuran a advertir que no pretenden ofrecer la simplista explicación de que la belleza pueda predecir el comportamiento de una persona, pero sugieren que su investigación podría ayudar a diseñar políticas públicas.
Vía | The Guardian
Sitio Oficial | Physiology & behavior