Una buena noticia para los estudiosos, y un aliciente para los remisos a hincar los codos. Estudiar incrementa la longevidad, según sugiere una investigación cofinanciada por la Fundación Británica del Corazón y el Consejo de Investigaciones Médicas (MRC) de Reino Unido.
Tras descartar otros factores como la edad, el género, el colesterol o el tabaco (e incluso los ingresos económicos y el tipo de empleo), el grupo de 450 personas que fueron sometidas al estudio, cuyas edades estaban comprendidas entre los 53 a 76 años de edad, reveló que niveles bajos de educación estaban ligados a telómeros más cortos.
Los telómeros son los extremos de los cromosomas que, además de estar involucrados en enfermedades como el cáncer, tienen como función principal es la estabilidad estructural de los cromosomas en las células eucariotas, la división celular y el tiempo de vida de las estirpes celulares. Hermann Joseph Muller y Barbara McClintock recibieron el premio Nobel por descubrirlos durante la década de 1930.
Poseer los telómeros cortos es un signo inequívoco de envejecimiento prematuro. El desgaste del telómero en el transcurso de ciclos celulares, impide su función protectora del cromosoma, con lo que éste se vuelve inestable, se fusiona o se pierde. Las células que presentan estos defectos, no sólo son incapaces de duplicarse, sino que dejan de ser viables y se activan los procesos de apoptosis o muerte celular programada.
El estudio, que ha sido publicado en la revista Brain, Behavior, and Immunity, sugiere entonces que resulta fundamental la educación en los primeros años de nuestra vida; aunque también se sugiere la posibilidad de que las personas con estudios superiores estén mejor preparadas para resolver problemas y enfrentarse al estrés.
Los participantes del estudio fueron separados en cuatro grupos de educación: los que no tenían ningún tipo de formación, los que abandonaron la educación formal con malas notas, los que abandonaron con buenas notas y los que obtuvieron un título de una institución de educación superior. Los resultados mostraron que las personas con menor nivel de estudios tenían menor longitud de los telómeros, lo que indica que se puede envejecer más rápido.
El profesor Stephen Holgate, Presidente de la Población del MRC y Sistemas de Medicina Junta que financió la investigación, dijo:
La implicación fundamental de este estudio respalda uno de los principales mensajes que ha salido de los estudios a largo plazo financiado por el Consejo de Investigación Médica: para vuestras experiencias tempranas en la vida pueden tener una influencia importante en la salud. Si bien, como con toda la investigación observacional, es difícil establecer las causas de los resultados.