El ser vivo más antiguo que ha habitado la Tierra podría ser una bacteria que podría haber existido apenas 1.000 millones de años tras la formación del planeta, es decir, hace 3.490 millones de años. Es al menos lo que sugiere, hasta que se confirme su existencia, un equipo de científicos australianos y estadounidenses ante la Sociedad Geológica de América.
La dificultad que entraña la confirmación de esta bacteria estriba en que los organismos tan pequeños no dejan fósiles como los que pudieron dejar los dinosaurios sino trazas, en este caso minúsculas texturas sobre superficies de arenisca, que pudieron ser esculpidas por acumulaciones de estas bacterias al atrapar granos de arena en su interior. El lugar del hallazgo ha sido la región australiana de Pilbara, un lugar que hace millones de año era costero, y sus rocas están hechas de sedimento acumulado de miles de millones de años atrás.
La doctora Nora Noffke, una bioquímica de la Old Dominion University en Norfolk, explicó que “estas trazas de bacterias son las más antiguas jamás descritas”.
Aunque existen rocas más antiguas en la Tierra, éstas son las que en opinión de la biogeóloga Maud Walsh, de la Universidad Estatal de Luisiana, se encuentran mejor preservadas.
Precisamente en estas rocas se habían descubierto hace un año unos fósiles microscópicos de casi la misma antigüedad: nada menos 3.400 millones de años.
Vía | mdz