Es difícil imaginarse algo así, gracias a las imágenes obtenidas entre el 23 y el 25 de agosto del presente año por el satélite Envisat, hemos podido conocer la existencia de una descomunal grieta en el Polo norte, con un tamaño superior al de Gran Bretaña. El resquebrajamiento del Polo Norte bien pudiera ser algo normal, ya que el verano incide en el espesor de los hielos perennes y pueden fragmentarse.
Sin embargo, esta fragmentación se ha realizado en los hielos permanentes resquebrajándose hasta un 10% de ellos y convirtiéndose en una gran falla que va desde el archipiélago noruego de Spitzberg, hasta las aguas árticas siberianas.
Según indican los científicos pertenecientes a la ESA (Agencia Espacial Europea) encargados de interpretar dichas imágenes, se trata de una situación inusual y diferente a todas las observaciones realizadas antaño correspondientes al punto culminante de los deshielos.
Incluso se baraja la posibilidad de crear una nueva ruta marítima a través de esta grieta si se presenta una cierta estabilidad en un plazo no superior a 20 años.
El calentamiento global incide con contundencia en los casquetes polares, ya en el año 1980 existía una superficie helada de 8 millones de kilómetros, en la actualidad esta cifra se ha reducido llegando tan sólo a 5,5 millones. A este paso, no tardaremos mucho en contemplar el desenlace.