Eduardo Punset quizá no es un divulgador sobresaliente en lo temático. Pero hay que reconocerle que, con sus claros y sombras, ha sido uno de los personajes más importantes para impulsar la divulgación y la popularización de la ciencia.
Si de pequeño, mi referente español para empezar a fascinarme por la ciencia fue Manuel Toharia (aún recuerdo con cariño esos debates televisivos en los que dejaba sin argumentos a los pseudocientíficos con su histrionismo), supongo que Punset habrá sido lo mismo para otros tantos niños y adolescentes.
A raíz de su éxito como presentador de Redes, Punset también empezó a escribir libros de divulgación científica. Al principio no llamaron demasiado mi atención: no eran más que recopilaciones de entrevistas u opiniones recogidas en su programa de televisión. Con el tiempo, sin embargo, Eduardo Punset ha ido formando un estilo propio de narrar lo que cientos y cientos de colegas y amigos científicos le han ido explicando. En algunos casos, incluso superando al original.
Es el caso de El viaje al amor. Un libro que no desvelará nada sustancialmente nuevo a los que ya estén versados en los últimos descubrimientos acerca del sentimiento más universal del hombre. No obstante, Punset lo explica todo de una forma tan particular, un tanto poética, incluso un tanto críptica, pero sin pedanterías ni soberbias, siempre desde el punto de vista de un hombre humilde y abrumado por el conocimiento, que leer lo ya sabido se hace tan ameno como si en realidad no se supiera.
Eduardo Punset lo sintetiza todo, lo hace comprensible, como un buen divulgador. Pero lo más importante es que ha conseguido captar la atención de lectores que jamás se acercarían a una obra como ésta. Lectores de Pablo Coelho o Brian Weiss, por ejemplo.
Debo añadir, sin embargo, una pequeña mancha en este texto. Concretamente al final del libro se incluye un test para evaluar nuestra capacidad para amar. Esta encuesta no se diferencia mucho, a mi juicio, de las que aparecen en muchas revistas de cotilleo, y ensombrece un poco el rigor científico mantenido desde el principio. ¿Tal vez una exigencia editorial para captar a más lectores generalistas recelosos de un libro que está en la esquina más estrecha de la librería, justo detrás de la enorme estantería de ciencias ocultas y autoayuda?
Editorial Destino
254 páginas