El heterodoxo Steven Johnson es uno de mis divulgadores preferidos, y no sólo porque me hizo reflexionar un día sobre la idea de que la cultura de masas cada vez nos hace más inteligentes. Sino también por libros como el que nos ocupa, La mente de par en par. Un repaso al cerebro humano que nos ha inspirado para escribir artículos tan sustanciosos como:
Nuestro cerebro está siempre drogado: ¿cómo sacarle partido? (I) y (y II), Tira los dados dodecaedros de tu personalidad: el neuroperfil (I) y (y II) o La imposibilidad (temporal) de explicar la conciencia.
Las nuevas tecnologías para cartografiar el cerebro en tiempo real están permitiendo, por ejemplo, que sepamos qué regiones de nuestra geografía cerebral se activan cuando llevamos a cabo diferentes tareas, como reconocer el rostro de un ser querido, planificar una lista de la compra o simplemente hilvanando una frase.
Un cerebro es como una huella dactilar: cada cual posee una topografía única. Una mayor comprensión de nuestras sinapsis, neurotransmisores y ondas cerebrales, de los distintos patrones químicos y eléctricos, pues, no sólo abrirá de par en par nuestro cráneo sino que nos identificará con más definición. Nos dirá cómo somos respecto a los demás.
Nos dirá por qué sentimos miedo y de qué. Qué es lo que provoca un chiste a nivel neuroquímico. Cómo podemos mejorar nuestra atención. Qué significa amar. De dónde surgen nuestras aptitudes, estados de ánimo, emociones y multitud de comportamientos. Steven Johnson, pues, se convierte así en un cicerone mucho más instruido (y con una mejor brújula) que los que proporcionan la psicoterapia, la meditación o las drogas.
Al penetrar en ese apiñamiento de células nerviosas por las que cruza un microvoltio de electricidad, como si viajáramos a tierras remotas, aparecen enseguida infinidad de palabras en latín y conceptos de neurociencia realmente densos que precisan de un adiestramiento previo. Consciente de ello, Johnson coge de la mano al lector profano y evita que su libro se parezca a un cursillo intensivo de anatomía: para eso existen manuales académicos estupendos.
Además, Johnson se somete personalmente a toda clase de experimentos, entrevista a neurólogos y especialistas del cerebro, se implica, se ríe de sí mismo y, por el camino, sin darnos apenas cuenta, se convierte en uno de nuestros mejores colegas.
Editorial Turner
Colección Noema
248 págs.
ISBN: 978-84-7506-749-0