Michael Shermer es algo así como un mediático del escepticismo. Fue el fundador de la Skeptic Society y de la revista Skeptic. También ha producido series de documentales sobre escepticismo, con gran éxito de audiencia en los EEUU, y cómo no, ha publicado varios libros sobre temática escéptica. Así que si queréis tener un primer contacto con el escepticismo, así como un aviso sobre el peligro que entraña el creer en cosas raras, no os perdáis la lectura de este Por qué creemos en cosas raras.
Por qué creemos en cosas raras es un análisis científico de la psicología que hay detrás de los sistemas de creencias, considerando en particular cómo es posible que la gente se contagie tan fácilmente de las ideas estúpidas de los demás, aunque no haya pruebas, aunque se violen las leyes naturales, aunque se pisoteen las más elementales reglas de la epistemología.
Por ello nos ha inspirado para escribir artículos como El anti-triángulo de las Bermudas y otros ejemplos de representatividad, La mayor diferencia entre ciencia y arte o Crédulo y escéptico: ¿Cómo se lo montó Darwin para presentar en público sus ideas revolucionarias?
Con todo, uno de los rasgos más sobresalientes del libro es que no ataca a los creyentes más desprotegidos intelectualmente sino precisamente a la gente culta que cree en cosas raras y sabe defenderlo con maestría.
No son difíciles de localizar. En España, incluso, hay canales de televisión monopolizados por esa clase de personas. Son individuos generalmente universitarios, de una profunda cultura (aunque a menudo sea humanística y no científica), de gran oratoria, de buena cuna… en fin, personas que podrían ser algo así como paradigmas de la razón y el pensamiento. Y, sin embargo, ponen en evidencia unas lagunas tan profundas en su creencias que recuerdan a los pobres e ignorantes de las islas del Pacífico sur que fueron víctimas de los cultos Cargo.
La secta de culto de los extraterrestres Puerta del Cielo, que protagonizó un suicidio en masa el 27 de marzo de 1997, también estaba compuesta por algunas cabezas muy inteligentes y cultas. Pero, de nuevo, creían en cosas estúpidas y nocivas. Hasta el punto de que entregaron su vida por ello.
Así pues, libros como el que presenta Shermer no sólo son pertinentes, sino necesarios para eliminar de una vez la brecha que separa a la gente culta con creencias racionales y la gente culta con creencias irracionales.