El metal que se derrite en tus manos (sin riesgos para tu salud)

Hay metales duros, los hay muy densos (como el osmio, que es el doble de denso que el plomo), y también los hay muy blandos (como el cesio, que puede cortarse con un cuchillo de untar).

Metales que se fudan a temperaturas muy bajas, tenemos el mercurio, que es tóxico, y también el galio, que puede manipularse sin peligro.

Metal para gastar bromas

El galio (Ga) se funde a 29,76º, es decir, que puede convertirse en líquido solo con el calor de tus manos.

Estas propiedades lo convierten en un ingrediente ideal para que los químicos gasten bromas, como la de servir una taza de té con una cucharita de galio que desaparecerá al contacto con el líquido.

El nombre de este extraño elemento proviene del latín Gallia, con el cual se nombraba a Francia en la antigüedad. No obstante, en su origen etimológico también está presente el término en latín: gallus, una traducción de Lecoq que literalmente significa “gallo”, nombre del primer hombre de ciencias que reconoció el galio como un elemento químico. El químico francés Paul-Émile Lecoq de Boisbaudran, descubrió el galio espectroscópicamente en el año 1875.

Se trata de un elemento químico que no existe libre en la naturaleza, que se crea artificialmente (surge como subproducto en la fabricación del aluminio). Su aplicaciones se centran tecnologías de semiconductores y como componente de algunas aleaciones con bajos puntos de fusión.

El galio es un elemento que se encuentra en el cuerpo, pero en cantidades muy pequeñas. Por ejemplo, en una persona con una masa de 70 kilos, hay 0,7 miligramos de galio en su cuerpo. Si esta cantidad de galio estuviera condensada en un cubo, el cubo solo mediría 0,49 milímetros de lado.

Aparte del galio y el mercurio, hay otros dos metales que pueden mantenerse en forma líquida a temperatura ambiente: el cesio y el rubidio.

Por contrapartida, el wolframio tiene el punto de ebullición más alto, con 5700 ºC y el punto de fusión también más alto de todos los metales, con 3.422. Su gran resistencia al calor hace que sea muy útil para aplicaciones industriales como brocas y hornos.

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