Los actuales plásticos de origen biológico son producidos por moléculas cortas llamadas monómeros que se unen para juntar moléculas más largas de polímeros que son las que forman los plásticos. Este material es biodegradable, pero la forma en la que se produce no está exenta de críticas. Su producción necesita mucha energía y con frecuencia se destinan para ello cultivos que de otro modo serían empleados para la producción de alimentos.
Ilker Bayer del Instituto Italiano de Tecnología de Génova, Italia está investigando la producción de plástico de origen vegetal. La celulosa de la planta de algodón y del cáñamo, tras una serie de baños ácidos y alcalinos pasa de su forma natural cristalina a otra amorfa, adecuada para su moldeado, como si fuera plástico sin necesidad de ningún otro proceso.
La investigación se ha realizado sobre otros residuos de origen vegetal como cáscaras de arroz o de cacao, desechos de espinacas o de perejil. Con todos ellos se puede producir plástico, pero el más interesante es la cáscara de arroz.
Los nuevos materiales tienen una combinación diferente de rigidez y elasticidad en comparación con otros plásticos de origen vegetal y los plásticos tradicionales. Los plásticos así producidos pueden heredar las propiedades de las plantas que han producido la celulosa, por ejemplo, un plástico a base de perejil podría conservar sus propiedades antioxidantes.
De momento los estudios no han pasado del laboratorio, pero es una buena idea para dar un uso a los desechos provenientes de la actividad agroindustrial.
Vía | Macromolecules
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