Isabelle Dinoire va a pasar a la historia como la primera persona a la que se le ha realizado un trasplante facial en el mundo. Este hecho seguramente va a posibilitar nuevas intervenciones, aunque una duda corroe nuestra mente, es quizás el primer trasplante que se conoce públicamente pero, nos da la espina que alguno ya se habrá realizado en la clandestinidad, personajes importantes que debían desaparecer de alguna manera, ¿es posible esto?. Pero centrándonos en el hecho, este ha sido muy bien acogido por el mundo de la medicina.
La evolución de momento parece favorable y la recuperación de los nervios faciales parece un hecho consumado, aunque se teme que la intensa terapia a la cual someten a Isabelle, mine su salud. Pasar de una cara destrozada a una más o menos aceptable ha sido un reto para todo un conjunto de especialistas que a pesar de la alegría por el logro, tienen bastante cautela, ya que no hay que lanzar las campanas al vuelo tan precipitadamente.
En los próximos meses se sabrá si el trasplante ha sido un éxito total, se espera aún que no se manifieste ningún tipo de rechazo en las siguientes semanas, además la recuperación de la motricidad y la sensibilidad no se hará efectiva hasta pasados unos 18 meses. A partir de este tiempo es cuando en el cuerpo, se puede producir un rechazo total al trasplante.
Debe ser difícil para Isabelle mirarse al espejo, ha convivido siempre con una cara y de repente aparece otra que no se identifica con la persona, ¿qué tipo de trastornos psicológicos supondrá esto?. Esperamos que se recupere y que no haya ningún contratiempo.
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