Alrededor de 20 millones de estadounidenses al año sufren inflamación en el estómago y los intestinos que ocasionan dolor, náuseas, diarrea y en ocasiones incluso la muerte debido al contagio del norovirus, esponsable del 50% de los brotes de gastroenteritis por intoxicación alimentaria en el país.
Los brotes de Norovirus, a menudo, se producen en comunidades cerradas o semicerradas, tales como hospitales, cárceles, residencias y cruceros, pero aún no se conoce con precisión su proceso de propagación y contagio. Para arrojar más luz sobre cómo uno de los patógenos más comunes en el mundo se extienden entre los seres humanos, los científicos han construido una máquina de vómitos para estudiar su comportamiento cuando se proyecta en el aire.
Los investigadores construyeron así un sistema que replica las partes del cuerpo integral al proceso de vómitos: la boca, el esófago y el estómago. Sus esfuerzos culminaron en un sistema que utiliza tubos, una cámara de presión y un rostro de arcilla de aspecto enfermizo sellado dentro de una caja de plexiglás. Los investigadores aún no puede utilizar el norovirus en los experimentos debido a su peligrosidad, así que usaron un bacteriófago MS2 en su lugar.
Gracias a esta máquina de vómitos, se puede ajustar la presión, el volumen y el ángulo del vómito. De este modo se advirtió que de las partículas totales de virus, sólo una pequeña porción de menos de 0,3 por ciento se convirtía en aerosol. Esta cifra puede parecer pequeña, pero podría equivaler a miles de partículas de virus para un solo vómito.
Vía | Gizmag
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