Desde hace unos años se puede aumentar vuestra estatura, sin usar tacones, sin hacer ejercicios de estiramiento. Basta con someterse a una nueva técnica que no precisa que paséis por quirófano.
Tras la anestesia local del pie, la técnica consiste en inyectar una prótesis almohadilla que puede aumentar entre dos y cuatro centímetros y en Disimetría (extremidades de distinto tamaño) hasta seis centímetros de altura. La inyección se realiza en la región metatarsiana y es un material de última generación, hipoalergénico y sin necesidad de cicatrices.
El material puede ser de dos tipos: Macrolane (dura de 12 a 18 meses) o Bioalcamid (es más permanente). Después son necesarias varias sesiones de aumento del grosor para crecer poco a poco (para una segunda sesión o sucesivas hay que esperar de tres a cuatro semanas). Cada sesión requiere aproximadamente unos 30 minutos y no precisa reposo posterior. Actualmente ya es el recurso de muchas actrices o personajes de la farándula para ganar unos centímetros extra para una entrevista o una entrega de premios.
Y es que, aunque solemos decir con ligereza lo de que el físico no importa o que lo importante está en el interior, diversos estudios sugieren que la realidad es muy distinta: el físico influye a todos los niveles en cómo percibimos a los demás. Por ejemplo, solemos ser más severos ante un desliz si el desliz ha sido cometido por una persona poco agraciada físicamente.
Con la estatura ocurre algo parecido. Las personas que miden poco, tienen menos probabilidades de tener éxito social, como sugieren los estudios de Robin Dunbar, psicólogo evolutivo de la Universidad de Liverpool. Podéis leer más sobre él en el artículo Si eres bajito, tendrás menos probabilidades de tener éxito