Se ignora su nombre, su sexo y su edad. Lo único que se sabe con certeza es que está siendo tratado en el hospital privado Shepherd Center de Atlanta (Estado de Georgia, EE UU), porque así lo han comunicado la empresa Geron, fabricante de los dos millones de células que se aplicaron el viernes a este paciente, y el citado hospital.
También podemos saber algo más del paciente gracias a los requisitos que se exigen para entrar en un ensayo clínico de estas características: lesión medular grave, falta total de actividad locomotora o sensorial por debajo de la lesión y que el paciente pueda ser tratado entre los 7 y 14 días.
La terapia consiste en una única inyección de un tipo de células del sistema nervioso en el lugar del daño en la médula espinal. Estas células producen mielina (la capa aislante que rodea los axones de las neuronas y que les permite comunicarse a través de impulsos eléctricos) así como otros compuestos que favorecen la actividad de las neuronas.
El ensayo se hará con solo 10 pacientes, de los que únicamente se conocen 2, el del Shepherd Center y el del Northwestern Medicine de Chicago.
Geron ha partido de células procedentes de embriones desechados en tratamientos de fertilidad, y ha salido inmune del debate legal que existe en Estados Unidos sobre el tema porque Geron es una empresa privada que no usa fondos públicos: los tribunales permitieron recientemente que sigan los experimentos en marcha en este área mientras entran a juzgar el fondo de la cuestión,
Thomas B. Okarma, presidente de Geron:
El inicio del ensayo clínico es un hito en el campo de las terapias basadas en células madre embrionarias. Cuando empezamos a trabajar con estas células, en 1999, muchos predijeron que pasarían décadas antes de que se pudiera aprobar una terapia y realizar ensayos clínicos.
Con todo, se han levantado algunas voces críticas, como la de David Prentice, del Consejo de Investigación de la Familia, que ha declarado lo siguiente a propósito de la subida que han experimentado las acciones de Geron, de un 6 & en Bolsa:
Geron ayuda a su acción, no a la ciencia ni, especialmente, a los pacientes. Pasarán años antes de tener pruebas sólidas sobre la seguridad o la efectividad.
Vía | El País