Lo que te pasa cuando tienes la lengua excesivamente suave o puedes ver el mapa del mundo estampado en ella

Imaginad que, en vez de tenerla ligeramente rugosa, vuestra lengua fuera muy suave y pálida. Seguramente pensaréis que constituye una ventaja o que denota que soy muy diplomáticos. Pero tener la lengua suave es motivo de alarma: puede ser un signo de una deficiencia nutricional, como falta de ácido fólico, de vitamina B12 o de hierro. A causa de estas carencias, la lengua pierde su cubierta áspera y puede volverse delicada e incluso encogerse.

La lengua también puede presentar un aspecto parecido a un diamante, romboide, con zonas rojas y blancas, además de suaves. Entonces es signo de glositis romboide mediana (GRM).

Tal y como lo explica Joan Liebmann-Smith en su libro Escucha tu cuerpo:

Puede ser plana o presentar relieve y carece tanto de pelos como de papilas gustativas. Normalmente, está localizada en la parte central trasera de la lengua y puede ser muy pequeña o crecer hasta el punto de abarcar casi la mitad de la lengua. La GRM, afección poco común, también conocida médicamente como atrofia central de papilas, es más frecuente en los hombres que en las mujeres.

Lengua geográfica

Mucho más raro que la afección anterior une el concepto de geografía y lengua. Algo así como tener una lengua viajera. No es que tu lengua haya probado la gastronomía de multitud de países sino que, literalmente, aparece estampado en la superficie de la lengua una suerte de mapamundi.

Este trastorno se llama lengua geográfica o glositis migratoria beningna. Se caracteriza por presentar zonas de la lengua de forma irregular que carecen de papilas, lo que hace que tenga un aspecto de mapa. Estas áreas aparecen y luego desaparecen, para volver a aparecer en otra parte de la lengua. Pueden ser blancas y ásperas o rojas y suaves.

La lengua geográfica es un trastorno benigno. Aunque no se conoce su causa, tiende a ser hereditaria. Normalmente no produce dolor, pero algunas personas sienten molestias con los alimentos picantes.

Hombre, para un amante de los viajes quizá tenga algo de exótico tener una lengua geográfica, como quien se tatua en el brazo el objeto de su pasión.

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