Seguro que todos habéis visto de cerca uno de esos engendros del diablo que se pinzan en la ropa y emiten ultrasonidos para, presuntamente, alejar a los mosquitos ávidos de chuparnos la sangre. Digo lo de engendros del diablo porque, si tienes buen oído, el pitido que emiten esos cachivaches se te mete en el oído y es capaz de taladrarte el cerebro… milímetro a milímetro. Piiiiiiii
Si la Inquisición hubiera dispuesto de esta tecnología no dudo de que la hubiera hecho servir. Porque, según FACUA, para poco más pueden servir estos ultrasonidos: lo de repeler a los mosquitos, ni de broma, a tenor de diversos estudios científicos.
Al menos siete análisis, realizados entre 1977 y 2006, han evaluado la eficacia de diferentes marcas de repelentes por ultrasonido en condiciones de laboratorio, sin que en ningún caso se demostrase que tuviesen efecto.
Por ejemplo, el estudio Repelentes electrónicos de mosquitos para la prevención de las picaduras de mosquitos y la infección del paludismo (Enayati AA, Hemingway J y Garner P), publicado por la Biblioteca Cochrane Plus, concluye que “los estudios entomológicos de campo confirman que los repelentes electrónicos de mosquitos (REM) no tienen ningún efecto sobre la prevención de las picaduras de mosquitos“.
La publicidad de estos aparatos incluye afirmaciones como “no mata los animales no deseados pero los ahuyenta y se ocupa de que desaparecen”, “el sistema definitivo que hace desaparecer moscas y mosquitos” (Pest Reject) o “imita el zumbido de los mosquitos machos ahuyentando a las hembras y evitando sus picaduras”.
FACUA ha pedido al Instituto Nacional del Consumo (INC) y varias administraciones autonómicas de protección al consumidor que expedienten a cinco empresas: Chicco (que comercializa el producto Mosqui no), Prince Lionheart (Lionheart anti mosquitos mariquita), Pest Reject, Uriach-Aquilea (Radarfarm) y Servicroma (Radarcan).
Esperemos que este verano el tormento en forma de ultrasonido se esfume del ambiente. Al menos un poco.
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