La producción de vacunas para la gripe es un proceso extraordinariamente lento y costoso. Hay que coger un huevo de gallina fertilizado, inyectarle el virus, esperar que crezca y extraerlo y purificarlo parar introducirlo en una vacuna. Y un huevo solo proporciona una o dos dosis. Eso significa que necesitamos un huevo para persona vacunada. Decenas de millones de huevos al año.
Este método tan costoso supone un problema que el reciente miedo a la epidemia de gripe aviar ha aumentado. Y, como siempre, los países del tercer mundo parece que tienen las peores perspectivas. Hay que recordar que los países de primer mundo, con sus mayores recursos económicos, están absorbiendo casi toda la producción de vacunas y de productos como el Tamiflu que se espera que sean útiles en caso de una epidemia. Se hace necesario desarrollar métodos alternativos y parece que hay una solución prometedora en el horizonte.
Investigadores de la Universidad de Michigan han identificado un tipo de células que permite el crecimiento del virus al ser infectadas en un laboratorio. El proceso puede desarrollarse a escala industrial utilizando grandes biorreactores donde esas células crecen y se multiplican. Esto permitiría crear vacunas utilizando mucho menos tiempo, espacio y dinero que con el procedimiento actual. Como ventaja añadida se eliminan los problemas causados por la alergia al huevo que impide el uso de las vacunas actuales en ciertas personas.
Ya existe una empresa HepaLife Technologies Inc que ha licenciado la tecnología y la pondrá a prueba en una producción en serie. Esperemos que sirva para extenderla a lugares donde hasta ahora no llega.
Vía | Eurekalert