Un nuevo estudio de laboratorio muestra que una molécula que se encuentra en el veneno de abeja puede suprimir el crecimiento de células cancerosas particularmente desagradables.
El estudio se ha centrado en ciertos subtipos de cáncer de mama, incluido el cáncer de mama triple negativo (TNBC), que es una afección extremadamente agresiva con opciones de tratamiento limitadas.
TNBC
El TNBC representa hasta el 15 % de todos los cánceres de mama. Para ser tratados se necesita diferentes tipos de tratamientos porque son receptores de estrógeno negativos, receptores de progesterona negativos y HER2 negativos. Los medicamentos como el tamoxifeno, que se dirige al receptor de estrógeno, y el trastuzumab (Herceptin), que se dirige al HER2, no son útiles para tratar el cáncer de mama triple negativo.
El veneno de abeja (Apis mellifera), sin embargo, ha mostrado potencial en otras terapias médicas como el tratamiento del eccema, y se sabe desde hace algún tiempo que tiene propiedades antitumorales, incluido el melanoma. Con todo, no se comprende completamente cómo funciona contra los tumores a nivel molecular. Ahora, no obstante, se ha dado un gran paso hacia la respuesta.
Las abejas realmente usan melitina, la molécula que constituye la mitad de su veneno y hace que sus picaduras sean dolorosas, para combatir sus propios patógenos. Los insectos producen este péptido no solo en su veneno, sino también en otros tejidos, donde se expresa en respuesta a infecciones. Con la mira puesta en esta molécula, los investigadores sometieron células cancerosas y células normales cultivadas en laboratorio al veneno de abeja de Irlanda, Inglaterra y Australia, y al veneno de abejorro (Bombus terrestris) de Inglaterra.
El veneno de abejorro, que no contiene melitina, tuvo poco efecto sobre las células del cáncer de mama, pero el veneno de abeja de todos los lugares sí marcó la diferencia. De hecho, la melitina puede destruir completamente las membranas de las células cancerosas en 60 minutos.
Además, por si esto fuera poco, la melitina tuvo poco impacto en las células normales, dirigiéndose específicamente a las células que producían una gran cantidad de EGFR y HER2 (otra molécula producida en exceso por algunos tipos de cáncer de mama); incluso estropeó la capacidad de replicación de las células cancerosas.
Tras probar lo mismo con una versión sintética de melitina, descubrieron los mismos resultados.
Antes de entusiasmarse, cabe advertir que muchas cosas pueden matar una célula cancerosa en una placa de Petri, y los investigadores advierten que aún queda un largo camino por recorrer antes de que esta molécula de veneno de abeja pueda potencialmente usarse como tratamiento en humanos.
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