Síndrome de los Ojos Secos

El Síndrome del Ojo Seco (o queratoconjuntivitis sicca) está basado en la falta de hidratación de los ojos debido a varias causas:

Reducción de la frecuencia de parpadeo (la frecuencia normal es de 8 a 12 veces por minuto), envejecimiento, uso de lentes de contacto, efectos secundarios de algunos medicamentos, cambios hormonales, Factores ambientales.

Es la afección ocular más común y afecta a 20% de la población, mayormente a mujeres. Se relaciona directamente con el uso intensivo del ordenador, así como de la televisión, o la lectura. Además de las evidentes molestias, provoca también daños en la superficie ocular, sensación de aspereza durante el parapadeo y problemas visuales.

Las lágrimas son básicas para la correcta protección de los ojos. Existen dos tipos:

Las lubricantes, que realizan la función que su nombre indica y contienen capas de agua, mucosa y aceite, además de antibióticos naturales como la lisozima. Si alguna de las capas es demasiado delgada también se puede producir el SOS al no limpiar el ojo correctamente.

Las de reflejo, que se segregan como respuesta a una irritación no esperada, como el humo o la cebolla, o a las emociones. La irritación provocada en el ojo puede provocar que se segreguen lágrimas de reflejo, pero éstas no contienen los componentes necesarios para hidratar el ojo, así que uno de los síntomas para detectar esta enfermedad son los ojos llorosos.

La doctora Debra A. Schaumberg de la Escuela de Medicina de Harvard afirma que puede mermar la calidad de vida de las personas afectadas, pero es una dolencia con soluciones muy fáciles. Si no está en un grado muy avanzado, bastará con el uso de lágrimas artificiales, pero en los casos persistentes puede requerir un procedimiento de implantación de "oclusores puntales".

Los "oclusores puntales" son unos tapones de silicona flexible, similar a la usada en las lentes de contacto, que bloquean el conducto de drenaje (llamado punctum) encargado de eliminar las lágrimas de la superficie del ojo. Éstos se encuentran en la esquina interior de cada ojo y con esta solución se contribuye a que las lágrimas no se pierdan con tanta facilidad.

Es un procedimiento rápido, seguro, indoloro y reversible. Los oclusores no son visibles a simple vista.

En los casos muy avanzados se puede recurrir a cirugía para cerrar el punctum.

Vía | Noticiasdot Más Información | Centro Rinenberg

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