Puede ocasionar además daños renales, neurológicos, fatiga e indigestión, y, además, la argiria provoca una curioso efecto en quien la padece: su piel se vuelve azul. No de azul eléctrico, como un pitufo, sino más bien un gris azulado. El efecto es tan llamativo que incluso, en el pasado, los afectados por esta patología lo rentabilizaban en espectáculos públicos, tal y como explico en Personas de pelo verde, calles rosas, barrios con sabor a melaza y pueblos azules (y un río demasiado azul).
La plata tiene efectos de estirilización parecidos al cobre, y por eso era ingerida alegremente. Lo que ocurre es que la plata provoca que nuestra piel se tiña de este tono argentado. Y actualmente, cuando la gente todavía desconfía de la medicina convencional, podemos encontrar casos de automedicación con plata (los suplementos dietéticos de plata coloidal se comercializan ampliamente para el cáncer, SIDA, diabetes mellitus y las infecciones por herpes).
El caso más mediático y reciente de argiria seguramente lo protagonizó Stan Jones, un político que se presentó a las elecciones para el Senado de Estados Unidos en 2002 y 2006. Jones tenía la piel azul porque temía que algún día hubiera escasez de antibióticos, de modo que destilaba brebajes de metales pesados que obtenía sumergiendo en recipientes con agua unos electrodos de plata conectados a unas baterías de 9 voltios.
Tal y como explica Sam Kean en su libro La cuchara menguante:
un método que ni los más recalcitrantes evangelistas de la plata recomiendan, pues unas corrientes eléctricas de esa intensidad provocan la disolución de demasiados iones de plata. (...) Lo que está claro es que no se presentaba a las elecciones para despertar a la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, que en el mejor estilo libertario sólo se entromete en las curas con elementos cuando éstos provocan daños agudos o cuando sobre ellos e hacen promesas que no pueden cumplirse.
Ahora Stan Jones tiene un aire a papa Pitufo, el perfecto habitante del “Primer Pueblo Pitufo” del mundo. Y su color azul inconfundible también es una prueba de que es un magufo.