Una pequeña siesta durante el día, de aproximadamente 45 minutos, puede ser muy beneficiosa para la memoria declarativa de las personas. El estudio, llevado a cabo por médicos de Harvard estudió a 33 jóvenes (11 hombres y 22 mujeres) de un promedio de edad de 23,3 años. Todos llegaron al laboratorio a las 11:30 y se los entrenó en diferentes pruebas de memoria a las 12:00 y a las 13:00. 16 participantes tomaron una siesta, mientras que 17 permanecieron despiertos, y fueron nuevamente evaluados a las 16:00.
Se descubrió que, en 3 pruebas de memoria declarativa diferentes, los que habían dormido mostraron una mejora frente a los que no; sin embargo esto se observó solamente en aquellos individuos que habían aprendido bien las tareas durante el entrenamiento. “Esto sugiere que hay una barrera que se debe superar para que dormir efectivamente mejore la performance en los exámenes de memoria” dijo el Dr. Tucker, líder de la investigación. “La importancia de este descubrimiento es que durante el sueño no se puede procesar indiscriminadamente toda la información que obtuvimos mientras estábamos despiertos, sino sólo aquella que se aprendió bien.”
Estos estudios revelan algo que la mayoría de los estudiantes sabe: antes de cualquier examen es fundamental haber dormido bien; especialmente en aquellos que exigen algún tipo de esfuerzo creativo con los conocimientos adquiridos en los días anteriores.
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