En la ciudad alemana de Hamburgo se ha llevado a cabo la construcción de un nuevo complejo de apartamentos que cuenta con un tipo de persianas muy peculiares. La peculiaridad reside en que éstas contienen multitud de algas, convirtiéndose en el primer edificio del mundo que aplica esta nueva tecnología.
Diseñado por Arup, SSC Strategic Science Consultants y Splitterwerk Architects y bautizado con el nombre de Bio Intelligent Quotient(BIQ) House, el edificio demuestra la capacidad del uso de algas como una alternativa para de calentar y enfriar edificios grandes.
Para poder aprovechar de manera óptima el uso de algas, que previamente el equipo obtuvo del cercano río Elba, se introdujeron en finos tanques rectangulares.
En el interior, las algas viven en una solución acuosa a la que se le proporciona nutrientes y dióxido de carbono por un sistema automatizado. Cada tanque se fija a las paredes exteriores del edificio, permitiendo el giro de los mismos con el movimiento del Sol, una tecnología similar a la utilizada en colectores solares.
Como las algas crecen sobre todo en verano, proporcionan más sombra en el interior del edificio, ayudando a mantener el fresco (sirviendo a su vez como amortiguador de sonido). El exceso de calor que se acumula en el agua de los tanques se transfiere a otros tanques de agua salina que existen debajo del edificio para un uso posterior.
Cuando la cantidad de algas en los tanques llega a cierto punto, algunas se retiran, pasando a una instalación de procesamiento en el interior del edificio. Allí, la biomasa se convierte en biogás que puede ser quemado para proporcionar calor en el invierno.
De esta manera, el edificio hace uso de energía solar y geotérmica permitiendo que se caliente y se enfríe sin utilizar combustibles fósiles.
El diseño y la construcción del BIQ ha sido de tres años, teniendo un coste aproximado de cinco millones de Euros, todos financiados por Internationale Bauausstellung (IBA).
El BIQ es uno de los 16 proyectos llevados a cabo por el grupo, tiene como objetivo demostrar que existen formas rentables de fabricación de edificios bio-friendly disponibles hoy en día. Para llamar la atención del edificio, el equipo ha pintado su exterior de color verde, añadiendo un dibujo animado con forma de burbuja gigante en el que lleva escrito la palabra "Photosynthesis?".
El edificio servirá de prueba hasta que sea estudiado por varios arquitectos e ingenieros de todo el mundo para determinar si el diseño es factible. Si es así, tal vez sirva como modelo para la construcción de edificios en otras ciudades.
Vía | Phys.org
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