Básicamente hay dos corrientes de pensamiento a la hora de abordar los problemas del crecimiento y de medio ambiente. Ambos son diametralmente opuestos. Uno apuesta por el ascetismo, el otro, por lo contrario.
Predecir el futuro no es fácil. En 1798, Thomas Malthus predijo que la población humana inevitablemente superaría al suministro de alimentos. No fue así, principalmente debido a los avances tecnológicos que Malthus no pudo prever.
Dos visiones
- Los maltusianos (por Thomas Malthus): predicen que los recursos se van a agotar y que el crecimiento no puede ser indefinido. En inglés suele referirse a este grupo como doomers (condenados).
- Los cornucopianos (por cornucopia, el cuerno de la abundancia): el crecimiento puede ser ilimitado porque la ciencia y la tecnología siempre van a encontrar la solución a los problemas y la forma de obtener y de optimizar los recursos. En inglés suele referirse a este grupo como boomers (de explosión, o expansión).
¿Cuál de las dos posturas es la correcta? Es una difícil cuestión, como resume J. M. Mulet es su libro Ecologismo real:
A lo largo del siglo XX, diversos autores se han adscrito a estas corrientes. Entre los maltusianos tenemos a Jared Diamond (Colapso) o al mencionado Paul Ehrlich, y entre los cornucopianos a Julian Simon o a Amory Lovins. ¿Cuál es la mejor actitud? ¿Alguno está en lo cierto? Lo más probable es que no y que dependa de cada problema en concreto.
La solución tal vez no sea tanto el ascetismo como nuevas tecnologías que generen menos emisiones (o sea, ¿quién ha hecho más por los árboles, los ecologistas o en pendrive?). Pero quizá nos dirigimos hacia un punto de no retorno. Sea como fuere, a continuación podéis explorar una serie donde, por primera vez, se apuesta por los cornucopianos en vez de los maltusianos: Dr. Stone.
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