Que Doñana es uno de los lugares preferidos por miles de especies, ya lo sabíamos. Pero la noticia es que, entre el frío del Norte de Europa y las abundantes precipitaciones registradas en Andalucía en lo que va de invierno, más de 70.000 aves acuáticas invernan allí.
Por esta razón, hace décadas los países nórdicos hicieron colectas ciudadanas y con lo recaudado se compraron las primeras zonas de marismas para preservarlas como espacio protegido.
Juan Carlos Rubio, director del Parque Nacional de Doñana, ha reafirmado que las poblaciones de ánsares comunes de Europa han ido creciendo por las medidas de conservación que se han ido adoptando.
Los humedales son unos ecosistemas muy delicados y necesarios para una mayor biodiversidad. Según Rubio, Europa ha perdido en las últimas décadas un 70 por ciento de sus humedales mientras que en la Península Ibérica sólo se ha reducido a la mitad. Por lo que no es de sorprender el aumento de aves acuáticas en Doñana.
Doñana, por su ubicación al sur de Europa, en contacto casi con el continente Africano y entre dos mares, es uno de estos puntos fundamentales y demuestra que la conservación de estas especies migratorias no es una cuestión regional o nacional sino de ámbito global ya que somos garantes de la conservación de especies que tienen una importancia enorme en otros países
Las intensas precipitaciones del año pasado junto con las que llevamos de año (recordemos que el año hidrológico empieza en Septiembre), han conseguido dos temporadas francamente buenas. Además de recargar los acuíferos de todo el parque, necesarios (en algunos casos) para la vida en él.
De hecho, más de 26.000 hectáreas de marismas inundables de Doñana están ya cubiertas de agua, cuando la superficie máxima de inundación es de unas 28.500 hectáreas. Esta zona inundable, de muy poca profundidad, almacena en la actualidad unos cien hectómetros cúbicos de agua.
Gracias a esta masiva presencia, hoy podemos volver a ver esa bonita estampa cada amanecer. Dónde se reúnen miles de estas aves en el conocido Cerro de los Ánsares.
VíA: El Mundo