Un grupo de investigadores ha hallado una forma rápida de producir magnesita, un mineral que almacena dióxido de carbono. Si el mineral si llega a desarrollar a escala industrial, ello abriría la puerta a la eliminación de CO2 de la atmósfera, contrarrestando así el efecto de calentamiento global del CO2 atmosférico.
Una tonelada de magnesita natural puede eliminar alrededor de media tonelada de CO2 de la atmósfera, pero la velocidad de formación es muy lenta. Esto cambiaría con esta forma nueva de síntesis de magnetita en laboratorio.
Magnetita
La forma típica de este mineral son las masas de microcristales, compactas y opacas, que tienen un aspecto muy parecido al de la porcelana y cuyo color predominante es el blanco grisáceo o amarillento. La magnesita es también célebre para gimnastas, escaladores y deportistas en general ya que evita la sudoración en las manos y permite agarrarse con seguridad.
El líder del proyecto, Ian Power, de la Universidad de Trent, Ontario, ha señalado:
Nuestro trabajo muestra dos cosas. En primer lugar, hemos explicado cómo y cuán rápido se forma la magnesita de forma natural. Este es un proceso que lleva de cientos a miles de años en la superficie de la Tierra. Los investigadores pudieron demostrar que al usar microesferas de poliestireno como catalizador, la magnesita se formaría en 72 días. Las microesferas mismas no se modifican por el proceso de producción, por lo que idealmente se pueden reutilizar. El uso de microesferas significa que pudimos acelerar la formación de magnesita en grandes cantidades. Este proceso tiene lugar a temperatura ambiente, lo que significa que la producción de magnesita es extremadamente eficiente en el consumo de energía.
Por ahora, éste es un proceso experimental, y tendrá que ampliarse antes de que podamos estar seguros de que la magnesita se puede utilizar en el secuestro de carbono (tomando CO2 de la atmósfera y almacenándolo permanentemente como magnesita).
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