Un pequeño grupo de científicos estudian sistemas de geoingeniería para hacer frente al calentamiento global.
En los últimos años, algunos científicos han explorado diversos mecanismos futuristas para contrarrestar el calentamiento global: construir sombrillas en órbita que sirvan para enfriar el planeta, manipular las nubes de manera que reflejen más luz solar o hacer que los océanos absorban más gases invernadero. Estas propuestas fueron relegadas a un segundo plano, ya que pocas revistas se hicieron eco de estos proyectos que, por otro lado, tampoco recibieron fondos de los organismos gubernamentales. Los grupos ecologistas y muchos científicos consideraban que el objetivo prioritario era reducir los gases invernadero y prevenir el calentamiento del planeta, pero la creciente inquietud actual por este tema hace que algunos científicos destacados propongan un estudio serio de estas propuestas.
Estos estudios y planes propuestos forman parte del llamado campo de la geoingeniería, que se refiere a la reorganización a escala mundial del medio ambiente para adecuarlo a las necesidades humanas y fomentar la habitabilidad.
Frente a sus detractores, que instan a reducir el gasto energético o a desarrollar energías alternativas antes de adoptar soluciones tan arriesgadas, la geoingeniería se nos presenta como un posible recurso de futuro en el caso de que el planeta necesitase un enfriamiento urgente.
El desarrollo de estos sistemas combinado con las medidas de control que se están empezando a tomar puede ser una solución a este importante problema, siempre y cuando exista cooperación entre los gobiernos a nivel internacional, en especial por parte de las grandes potencias. Por un lado exigiría una fuerte y arriesgada inversión, pero por otro se trata de un tema fundamental: la protección y el cuidado del medio que nos rodea y del cual depende nuestra supervivencia.
Vía | Cambio Climático