El Parque Nacional de las Cumbres del Guadarrama (Madrid) ya es una realidad y podrá ver la luz la próxima primavera.
Hoy se ha dado el último paso administrativo: pasar el filtro del Consejo de la Red de Parques Nacionales, tras la aprobación del proyecto por parte de la Asamblea de Madrid hace un año.
Así lo indica en un informe que entregó a sus miembros, en el que están representadas la Administración General del Estado, las comunidades autónomas que cuentan con Parques Nacionales, los presidentes de los patronatos, representantes de organizaciones conservacionistas y de los municipios con territorio en los Parques Nacionales.
Una vez superado este trámite, la propuesta llegará a las Cortes Generales para iniciar su aprobación legislativa.
El informe considera:
La propuesta realizada cumple suficientemente los requisitos que establece el artículo 9 de la Ley 5/2007 como para que pueda ser declarado Parque Nacional
Ocupará 36 mil hectáreas, de ellas 21.740 en la Comunidad de Madrid, incluyendo en el parque las 3.000 hectáreas del pinar de Valsaín (Segovia), propiedad del Ministerio de Medio Ambiente.
Ecologistas en Acción considera que el informe es insuficiente:
No incorpora ni un plano, ni se mete en las cuestiones más complicadas
Indica su portavoz, María Ángeles Nieto. A su juicio, lo que se pretende es conseguir un espacio con menores protecciones a las actuales, aunque parezca una contradicción.
A los ecologistas les preocupa especialmente que la estación de Valdesquí se quede fuera del parque y que esto deje abierta su posible conexión con la estación de Navacerrada.
Estamos hablando del corazón de la actuación, la cabecera del valle del Lozoya. En la actualidad tiene una protección mayor de la que se va a permitir
Asegura.
Para Parques Nacionales, la exclusión de Valdesquí y del complejo de antenas de la Bola del Mundo evita la presencia de infraestructuras dentro del espacio a proteger.
Advierte, sin embargo, de que este cambio puede afectar a la continuidad del territorio, porque la solución adoptada supone reducir la unión entre la zona sur y la norte de poco más de un kilómetro de ancho.
Vía | El país