Algunas sociedades se han esfumado sin dejar huella de su evolución, mientras que otras han alcanzado una próspera civilización material y cultural. ¿Qué factor fue decisivo para ello? ¿Qué lección podemos aprender del ocaso de otras culturas? ¿Está nuestra sociedad en un peligro similar? ¿Manhattan no tardará en ser una jungla llena de restos arqueológicos de una gran verticalidad?
Responder a estas cuestiones es, indudablemente, complejo. Sin embargo, hay unas líneas maestras que podemos tener en cuenta. La principal de ellas, confirmada por los descubrimientos de arqueólogos, climatólogos, historiadores, paleontólogos y palinólogos (científicos que estudian el polen) es el desastre ecológico: las personas destruyeron inadvertidamente los recursos naturales de los que dependían su sociedad.
Un desastre que ninguna de las sociedades destruidas consiguió atisbar; y si lo hizo, en modo alguno sospechó que las consecuencias serían tan desagradables. ¿Os suena?
Los procesos de desastre ecológico que hundieron muchas sociedades del pasado pueden clasificarse en 8 categorías:
1-Deforestación y destrucción del hábitat.
2-Problemas del suelo (erosión, salinización y pérdida de la fertilidad del suelo).
3-Problemas de gestión del agua.
4-Abuso de la caza.
5-Pesca excesiva.
6-Consecuencias de la introducción de nuevas especies sobre especies autóctonas.
7-Crecimiento de la población humana.
8-Aumento del impacto per cápita de las personas.
El profesor de Geografía de la Universidad de California y Premio Pulitzer Jared Diamond abunda en ello:
Aquellos desmoronamientos del pasado tenían tendencia a seguir cursos en cierto modo similares que constituían variaciones sobre un mismo tema. El aumento de población obligaba a las personas a adoptar medios de producción agrícola intensivos (como el regadío, la duplicación de cosechas o el cultivo en terrazas) y a extender la agricultura de las tierras óptimas escogidas en primer lugar hacia tierras menos rentables con el fin de alimentar al creciente número de bocas hambrientas. Las prácticas no sostenibles desembocaban en el deterioro medioambiental de uno o más de los ocho tipos de acabamos de enumerar, lo cual significaba que había que abandonar de nuevo las tierras poco rentables.
Si creemos que esos procesos forman parte del pasado, entonces estamos equivocados, como os explicaré en la próxima entrega de este artículo sobre extinciones de civilizaciones.
Vía | Colapso de Jared Diamond