Aunque los colapsos de civilizaciones nos parezcan algo remoto en el tiempo, lo cierto es que todavía se están produciendo actualmente. Por ejemplo en Somalia, Ruanda y otros países del Tercer Mundo.
Y esos problemas pueden extenderse a nivel planetario, proponiendo un escenario que, según muchos investigadores, superan ya la amenaza de guerra nuclear o las nuevas enfermedades emergentes. Y es que en la actualidad, además de los 8 procesos que os enumeré en la entrega anterior de esta serie de artículos, hay que sumar otros 4:
9- El cambio climático producido por el ser humano.
10- La concentración de productos químicos tóxicos en el medio ambiente.
11- La escasez de fuentes de energía.
12- El agotamiento de la capacidad fotosintética de la tierra por parte del ser humano.
La mayoría de estas 12 amenazas que se ciernen sobre nuestra civilización (ahora más global que nunca, y por tanto más susceptible de desaparecer en masa) se convertirán en factores determinantes en pocos años. O resolvemos estos problemas o la amenaza no tardará de saltar de Somalia y otros países al resto del mundo.
Mucho más probable que un escenario catastrófico en el que se produjera la extinción de la humanidad o un colapso apocalíptico de la civilización industrial sería “simplemente” un futuro con niveles de vida significativamente más bajos, con riesgos crónicos más altos y con la destrucción de lo que hoy en día consideramos algunos de nuestros valores esenciales. Semejante colapso podría adoptar formas diversas, como la propagación de enfermedades a escala mundial o las guerras desencadenadas en última instancia por la escasez de recursos ambientales.
Cierto es que, actualmente, poseemos características inéditas en civilizaciones del pasado. Por ejemplo, una tecnología muy superior. O la capacidad de telecomunicarnos en tiempo real. O una medicina más moderna. También mayores conocimientos sobre las sociedades del pasado y de las causas de sus extinciones. Pero algunos de estos rasgos, junto a otros nuevos, también pueden volverse contra nosotros.
La tecnología, por ejemplo, puede tener consecuencias destructivas imprevisibles. La globalización favorece que un colapso en Somalia afecte también a Estados Unidos y Europa. Millones de personas dependen de la medicina moderna para sobrevivir. Somos una población enormemente más grande que la del pasado.
Así pues, no se trata tanto de los factores medioambientales a los que nos enfrentamos como a la manera en que nos vamos a enfrentar a esos factores medioambientales. Todavía ignoramos qué camino es el más apropiado, y las ruinas que hoy en día podemos visitar de innumerables civilizaciones que llegaron al ocaso sin sospecharlo previamente debería ponernos en la pista de que vale la pena apostar fuerte y pasarnos de la raya que quedarnos cortos.
Vía | Colapso de Jared Diamond