La geografía típica de un concierto multitudinario ya está unida indefectiblemente a cientos de pequeñas luces ondeantes que brillan entre la masa undívaga y negra que rinde culto musical y rítmico a la balada… bien, que en muchos conciertos la gente enciende mecheros y los ondea al ritmo de la música. Hasta en mi smartphone hay una app para hacerlo. Pero ¿ello tiene algún efecto adverso en el medioambiente?
El butano de los mecheros desechables es un compuesto constituido de carbono e hidrógeno; cuando quema, estos elementos se combinan con oxígeno para crear dióxido de carbono y vampor de agua. Un mechero normal libera unos 237 miligramos de dióxido de carbono por minuto. Es decir, que sin mil fans de un concierto encienden sus mecheros durante toda una balada, se liberarían 1,2 kilogramos de dióxido de carbono.
Lo cierto es que no es mucho, sobre todo si lo comparamos con los 12.200 kg que libera una planta eléctrica normal por minuto. De hecho, si se acompañara una canción con cada uno de los 1.460 millones de mecheros que Bic vende al año, la cantidad de dióxido de carbono que se crearía se igualaría solo a 28 minutos de emisión de la planta eléctrica.
Pero ¿y si usamos el mechero para encender un cigarrillo y fumar? El efecto también sería insignificante, incluso en sentido contrario, tal y como señala John M. Wallace, profesor de la Universidad de Washington en el departamento de investigación del clima: podrían incluso impedir el calentamiento global de una forma igualmente insignificante, porque las partículas blancas del humo reflejarían algo de la energía del Sol, y por lo tanto disminuiría el calor.
Sin embargo, los cigarrillos sí que afectan al medio ambiente. Pero de otra manera. El problema es el cultivo de tabaco, porque las plantas de tabaco son muy exigentes y absorben 6 veces más potasio que la mayoría de cultivos. En algunos países en vías de desarrollo, los agricultores cultivan tabaco hasta que el suelo se agota y luego talan los bosques para obtener tierra virgen. En estas regiones, 600 millones de árboles se talan y se queman cada año para secar y curar las hojas de tabaco. Además, se emplean 6,4 km de papel ancho como un cigarrillo cada hora para envolver y empaquetar los cigarrillos.
Según estimaciones generales, las empresas tabacaleras producen al año unos 5,5 billones de cigarrillos, más o menos 900 por cada persona del planeta. De ellos, 4,5 billones tienen filtros no biodegradables que van a parar a los vertederos, lo que representa una quinta parte de los objetos que se deshechan. Se necesitan meses e incluso años para que los filtros se descompongan, y mientras tanto contaminan el sulo con casi 600 productos químicos.