Cantidades extremas no observadas anteriormente de radicales atmosféricos hidroxilo e hidroperoxilo (HO2), que han sido generados directamente por las chispas de los rayos, están involucradas en la limpieza de nuestra atmósfera.
Es lo que sugiere un nuevo estudio publicado en Science. Estas cantidades son mucho más elevadas de lo esperado, y eso es bueno.
El OH controla los gases tóxicos
Ya sabíamos que los rayos aumentan la capacidad de la atmósfera para limpiarse mediante la producción de óxido nítrico reactivo (NO), que, a través de la química atmosférica posterior, conduce en última instancia a la formación de oxidantes atmosféricos, entre ellos el ozono (O3) y los radicales hidroxilo (OH).
El OH es la especie oxidante más importante de la atmósfera, ya que controla las concentraciones de gases tóxicos y relevantes para el clima, como el monóxido de carbono y el metano.
Según los investigadores, estas cantidades están varios órdenes de magnitud por encima de cualquier medición anterior de OH u HO2 atmosférico.
Aunque los resultados son inciertos, quizás por un factor de diez, sugieren que el OH generado por los rayos en todas las tormentas que se producen a nivel mundial en un momento dado podría ser responsable de entre el 2 y el 16% de la capacidad de oxidación de la atmósfera terrestre.
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