Anoche soñé que te morías: ¿existe la premonición?

Basta con encender la radio a altas horas de la madrugada para localizar algún programa sobre esoterismo. No tardaremos, tampoco, en oír una llamada que, con todas sus variantes dirá algo parecido a esto:

Anoche soñé que se moría un familiar y, al día, siguiente, murió.”

Obviamente, el conductor del programa explicará este suceso como de extraordinario, sobrenatural, maravilloso, una clamorosa demostración de que hay personas con una sensibilidad especial, capaz de usar más del mítico 10 % de nuestro cerebro, (II), (y III).

Otra anécdota que suele repetirse es: estoy en casa, son las 17:03 horas y, justo en ese momento me da por pensar en un primo. A las 17:04 suena el teléfono. El primo en cuestión ha muerto.

Pero ¿es lógico pensar que estamos ante un caso de premonición?

Para saber si estos hechos son extraordinarios porque nuestra mente está mal diseñada o no, lo primero que hay que hacer es olvidarse de interpretaciones personales, subjetivas y místicas. Lo primero que hay que hacer es calcular la probabilidad que existe de que, al poco de pensar en una persona, esa persona fallezca.

Para calcularlo, empecemos con unas estimaciones muy bajas para dar más credibilidad al resultado, tal y como señala el premio Nobel de Física George Charpak:

Primera estimación: conocemos (“conocer” en sentido amplio, como un individuo cualquiera conoce al presidente de la República) a diez personas de cuyo fallecimiento nos enteramos durante el año. Segunda estimación: pensamos solamente una vez en cada una de estas personas en el mismo período de un año. Consideramos una persona determinada de las diez en las que hemos pensado durante el año. En alguna parte, no importa dónde, de este año, se sitúa el instante en el cual hemos pensado en ella. Sabiendo que un año tiene 105.120 intervalos de cinco minutos, ¿cuántas posibilidades tenemos de enterarnos de su fallecimiento en la pequeña casilla de cinco minutos en que se sitúa el pensamiento que hemos tenido?

Aparentemente, los cálculos parecería indicar que ha sido mucha casualidad que pensáramos en la persona que ha fallecido. Pero eso es porque olvidamos que otras 9 personas han fallecido ese año.

Para cada una de ellas, debemos sumar el conjunto de estas diez probabilidades. Es decir, que la probabilidad del suceso es de 1 probabilidad sobre 10.512. Sí, parece una probabilidad muy improbable. Pero eso sucede porque olvidamos otra cosa: que en el mundo hay mucha gente que también puede tener estos pensamientos.

Charpak lo calculo sólo teniendo en cuenta la población de Francia:

Lo cual significa que, en el conjunto de la población francesa, sin contar los niños pequeños, existe un número de personas a las que les sucederá lo mismo durante el año, en total: 1 / 10.512 multiplicado por 55 millones, o sea ¡5.232 personas!

Es decir, el simple azar proporciona suficientes casos de personas que han sufrido presuntas premoniciones para dar de comer a todos los programas de esoterismo de la radio.

Vía | Conviértase en brujo, conviértase en sabio de George Charpak

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