Leyendo el blog de Antonio Castro, descubro una serie de afirmaciones preocupantes procedentes del Papa a propósito de los avances científicos.
Sin irnos lejos, el Papa Benedicto XVI hace las siguientes declaraciones, entre las que entresaco su propuesta de recuperar el significado de la trascendencia y poner a Dios en la raíz del progreso científico y tecnológico, de los descubrimientos y avances, para evitar “resultados inquietantes” en un momento en que las ciencias experimentales han transformado la visión del mundo.
Unos años más atrás, el 15 de marzo de 1990, Joseph Ratzinger, siendo aún cardenal, en un discurso que pronunció en la ciudad de Parma hizo suya una afirmación del filósofo Paul Feyerabend: “en la época de Galileo la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que Galileo, y que el juicio que la Iglesia le hizo a Galileo fue razonable y justo”.
Siguiendo esta pauta, probablemente la mayoría de los avances científicos actuales no se habrían producido. Por ejemplo, el avance en la investigación de células madre. La fe religiosa no es la única fuente de dogmatismo que desdeña alegremente los descubrimientos de la ciencia. También los son la astrología, por ejemplo, o el avistamiento de ovnis. Pero el dogma religioso tiene un mayor papel protagonista que cualquier otra en la política pública. Sólo el dogmatismo religioso recibe el apoyo del gobierno.
Ya algunos científicos perseguidos por la Iglesia fueron Galileo Galilei, Charles Darwin, Isaac Newton y, aquí en España, Miguel Servet, quien describió circulación de la sangre y de cómo se mezcla con el aire en los pulmones, y que fue condenado por negar la Trinidad de Dios. Y, salvo matices, las cosas no parecen haber cambiado demasiado.
La religión es un sistema de ofrecer respuestas, sin embargo, epistemológicamente es un sistema muy endeble: ofrece respuestas intuitivas o no verificables y, además, son respuestas generalmente rígidas, refractarias a las nuevas evidencias.
En ese sentido, pues, la religión es epistemológicamente equivalente a la homeopatía, la astrología o muchas otras pseudociencias.
Cada vez más trabajos recientes de antropólogos y psicólogos cognitivos sugieren que existen estructuras mentales subyacentes para explicar la tendencia humana casi universal de invocar agentes sobrenaturales para explicar fenómenos naturales. Por ejemplo, si retumba un trueno, la explicación es: ha sido Dios. Y esta explicación se ha mantenido hasta que la ciencia ha demostrado cómo se producen los truenos.
Revisemos los puntos que definen las pseudociencias para comprobar si las religiones tradicionales encajan en ellos, tal y como desarrolla extensamente el físico Alan Sokal en su libro Más allá de las imposturas intelectuales:
-Realiza afirmaciones sobre fenómenos reales o supuestos, o sobre relaciones causales reales o supuestas, que la ciencia dominante considera justificadamente inverosímiles.
-Pretende apoyar dichas afirmaciones en argumentaciones o datos que no cumplen los requisitos lógicos y empíricos de la ciencia dominante.
-Muchas veces (aunque no siempre), la pseudociencia presume de ser científica, e incluso vincula sus afirmaciones con la ciencia genuina, en particular, con los descubrimientos de vanguardia.
-No se refiere a una creencia aislada, sino a un sistema complejo y lógicamente congruente que “explica” una amplia variedad de fenómenos (o supuestos fenómenos).
¿Se cumplen estos puntos? Es evidente que sí (sobre todo los tres primeros puntos).
La religión, como conclusión, es uno de los fenómenos psicológicos y sociológicos más fascinantes y extraños del mundo. De modo que resulta muy pertinente escribir artículos y libros sobre ello. Soy consciente de que, para los creyentes, estos estudios pueden herirles porque cosifican sus sentimientos. Frente a ello, tienen dos opciones: no leer esa clase de libros y artículos o, como alternativa, tratar de asumir que no hay motivo para escamarse ni sentirse herido: si al hablar de modas se ofrecen estudios que aducen que la moda es un fenómeno psicológico basado en el gregarismo del ser humano, las personas que siguen la moda no deberían sentirse heridos por hacerlo (al menos heridos hasta el punto de tratar de censurar parcial o totalmente esa clase de estudios).
si queréis profundizar en las diferencias epistemológicas entre ciencia y religión, os recomiendo la revisión de: Algunas diferencias fundamentales entre la fe en la ciencia y la fe en la religión (I) y (y II).