Teniendo en cuenta que la premisa en la que se basa en el horóscopo, además de insustancial, no tiene ningún apoyo científico, que, puestos a buscar objetos cósmicos cuya fuerza de gravitación influya en nosotros, la comadrona que nos ayudó a nacer ejerció una influencia gravitatoria superior a la de cualquier otro planeta, ¿por qué tanta gente sigue creyendo en los horóscopos?
Por ejemplo, la fuerza gravitatoria del médico es 400000 veces mayor que la de la Luna. Incluso las fuerzas de marea a las que siempre aluden son también despreciables. La fuerza de marea ejercida por la madre es 12 millones de veces mayor que la ejercida por la Luna. Esta es la única fuerza que la ciencia ha constatado, si la astrología maneja otra distinta a la gravitatoria, nadie ha conseguido detectarla todavía.
Pero aún: ¿por qué sigue apareciendo en la prensa seria? secciones de astrología aparecen en más de 1200 periódicos en los Estados Unidos; pero menos de 10 diarios tienen secciones de astronomía.
La respuesta rápida es que nuestro cerebro tiende a ver demasiadas cosas en las vagas generalizaciones. De modo que si en una descripción sobre nosotros mismos existen generalizaciones, tendemos a creer que nos describen a nosotros… y todo se refuerza si esa vaga descripción incluye unos cuantos rasgos positivos.
Veamos el ejemplo que construyó el psicólogo Bertram Forer como paradigma de un horóscopo:
Tienes la necesidad de que los demás te aprecien y admiren, y si embargo tiendes a mostrarte crítico contigo mismo. Si bien hay en tu personalidad ciertos puntos débiles, por lo general consigues compensarlos. Posees una considerable capacidad sin utilizar, de la que no has sabido sacar provecho. Disciplinado y controlado en apariencia, tiendes a preocuparte en exceso y a sentirte inseguro por dentro.
Los telepredicadores y los presentadores de la teletienda también emplean estas estrategias, así consiguen que sintamos que se están dirigiendo a nosotros particularmente, no a una multitud.
Señala el psicólogo Gary Marcus:
En lugar de ser una máquina objetiva para descubrir y codificar la Verdad, nuestra capacidad humana para creer está sujeta a irregularidades, dañada por la evolución y contaminada por las emociones, los estados de ánimo, los deseos, las metas y el simple interés personal, y es muy vulnerable a las idiosincrasias de la memoria.
Con todo, si queréis conocer a fondo todos los mecanismos psicológicos que propician la credulidad de la gente a propósito de los horóscopos, os recomiendo el clásico The Full Facts Book of Cold Reading (Guía completa de la lectura en frío), escrita por un mago: Ian Rowland.
En la próxima entrega de este artículo os hablaré de su contenido.
Vía | Lo que vio el perro de Malcolm Gladwell / Kluge de Gary Marcus / Visión crítica de la astrología