Uno de los mitos más cartoonescos que corren por ahí dice que si todos los chinos saltaran a la vez, alterarían el eje de rotación de la Tierra. Ello se debería, presumiblemente, a que chinos hay muchos.
¿Cuánta veracidad le podemos otorgar a este mito?
En primer lugar debemos asumir la premisa de que no hay tantos chinos como creemos. De hecho, ni siquiera hay demasiados seres humanos. De acuerdo, tal vez haya muchos seres humanos si tenemos en cuenta el gasto energético de cada uno de ellos según los estándares actuales. Pero en peso bruto, para entendernos, la masa de seres humanos en la Tierra es despreciable: de hecho, todos los seres humanos del mundo podrían instalarse en casas unifamiliares y cabrían holgadamente en el estado de Texas.
Pero vayamos a las cifras. Por ser optimistas, imaginemos que cada chino pesara 100 kg. Si hay mil millones de chinos, entonces estamos manejando un peso de 100 mil millones de kg impactando súbitamente contra la superficie del planeta. ¿Os parece mucho?
Hoy se sabe que nuestro planeta pesa uno 5.975 trillones de toneladas. Es decir, un 6 seguido de 24 ceros. La proporción del peso de los chinos, entonces, se queda en un ligero soplo de aire. La Tierra pesa diez billones de veces más que todos sus habitantes humanos juntos.
Tal y como compara Daniel Closa i Autet en 100 mitos de la ciencia, sería como si una mosca saltara sobre la superficie de un barco.
Bueno, en realidad la Tierra no pesa nada, es sola una manera de hablar. Para que un cuerpo pese, su masa debe ser sometida a una atracción gravitatoria. Es decir, cuando calculamos el peso de cualquier objeto debemos tener en cuenta la fuerza de gravedad con que la Tierra atrae a su masa, por lo que no podemos hablar de ‘peso’ de la Tierra porque no se atrae a sí misma.
Además, China es un territorio muy amplio, y en el mito no se especifica cómo estarían distribuidos los habitantes durante el salto simultáneo. Pero no importa: ni siquiera en el país con más densidad demográfica de Europa, por ejemplo, podríamos afectar a la Tierra tras un salto unánime.
También hay que tener en cuenta que la masa no lo es todo, también importa la velocidad. Para que ésta fuera decisiva, el salto debería salir del sistema, o sea, de la Tierra:
Aunque el planeta fuera muy pequeño y los chinos muy pesados, para modificar la trayectoria de la Tierra sería necesario aplicar una fuerza exterior al sistema. A la práctica, eso significaría que, cuando los chinos saltaran, ellos saldrían en una dirección y el planeta en dirección contraria, a causa de la fuerza que habrían aplicado los saltadores para hacer el salto. Y, acto seguido, los chinos caerían al suelo por la gravedad, pero la Tierra también se desplazaría hacia los chinos, también por la gravedad, porque esto funciona en todas direcciones. Al final, el resultado global es que todo quedaría igual que estaba en principio.
Si os habéis quedado con ganas de seguir leyendo sobre chinos, os señalo algunos artículos en los que hemos tratado a este país desde distintos puntos de vista:
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