Habida cuenta del buen número de comentarios suscitados por la entrada Lo que debería enseñarse en el colegio, según Richard Dawkins, que han vuelto a girar sobre el eterno asunto de la existencia de Dios o la conveniencia de separar religión y ciencia, vale la pena echar un vistazo a la opinión al respecto de Carl Sagan.
En su mítica serie Cosmos resume la cuestión del modo que podéis ver en el vídeo que encabeza el post.
Con todo, antes de discutir sobre esta clase de temas es condición sine qua non que ambas partes describan con precisión el término “dios”. Una vez acordado el término, también cabe advertir que el ateo no afirma que Dios no existe, lo que afirma es que no encuentra motivos ni evidencia suficiente como para introducir el elemento “dios” para explicar la realidad. Y, en cualquier caso, si llenamos nuestra laguna de ignorancia con un “dios” (no sé lo que generó el Big Bang, ergo deduzco que fue Dios), entonces el concepto “dios” no significa nada: si el Big Bang lo creó Dios, ¿quién creó a Dios? Si fue él mismo, ¿por qué no podemos afirmar que el Big Bang se creó a sí mismo? Es decir, que un ateo no cree en Dios en tanto en cuanto tampoco cree que existan marcianos con forma de piragua: en cuando aparezca evidencia sólida, empezará creer en ello sin problema. Etcétera.
Aclarados los términos, se abre el debate.