Los estudiantes de matemáticas y ciencias de la computación superan significativamente a sus compañeros que se especializan en humanindades o artes liberales en lo tocante a su retribución económica.
Al menos es lo que se ha constatado en estudiantes universitarios estadounidenses. Sin embargo, quizá las cosas no son tan sencillas.
Dos ventajas
Para obtener un buen sueldo hay que tratar de obtener dos ventajas. La primera, ser admitido en una buena universidad. La segunda, que el campo de estudio sea laboralmente lucrativo, es decir, mejor informática o economía que inglés o historia. Los estudiantes que pueden lograr ambas hazañas tienden a ganar más; los que no logran ninguna de los dos, mucho menos.
Pero ¿qué factor es más importante? Nuevos datos del Departamento de Educación de Estados Unidos, publicados el 20 de noviembre, ayudan a arrojar luz sobre esta cuestión. Primero, solo los graduados de las universidades de élite, aquellos que admiten menos de uno de cada cuatro solicitantes, son los que disfrutan de mejores sueldos tras graduarse.
A pesar de que tener un título universitario cada vez está más devaluado, aún continúa siendo uno de los factores más importantes para tener trabajo.
Sin embargo, estudiar cuesta cada vez más dinero, y también requiere más tiempo para realizar estudios que refuercen la licenciatura. Es decir, estamos hablando de una gran cantidad de recursos invertidos. Como en toda inversión, ésta puede ser a fondo perdido o no. Si lo que buscamos es solo el conocimiento no pasa nada (aunque, ¿por qué una universidad proporciona más conocimiento que un libro?), pero si buscamos un retorno económico, entonces los datos son incontestables.
Lo óptimo es estudiar STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), y lo peor es estudiar artes liberales, títulos no vocacionales que incluyen ciencias naturales y sociales, y humanidades, como historia, filosofía e idiomas.
Varias universidades se están reconvirtiendo en este sentido, como en Reino Unido o China. Sin embargo, esta deriva supone no pocos problemas. Primero, que las personas dejen más a un lado su parte vocacional, condenándoles a vidas donde el valor máximo es la productividad. Segundo, instala la idea de que hay conocimientos inútiles. Tercero, perpetúa perpetúa el estereotipo de los graduados en artes liberales, en particular, como una casta de élite (tienen dinero para poder permitirse estudiar algo que no ofrece buenos sueldos pero sí buena reputación), algo que puede desalentar a los estudiantes desfavorecidos, y a cualquier otra persona que necesite un retorno inmediato de su inversión universitaria.
Muchas empresas tecnológicas, además, requieren cada vez más de especialistas en humanidades... pronto podría ser un valor en alza. Las habilidades sociales también son requeridas cada vez más por los empleadores.
Es cierto que las humanidades tienen un mayor riesgo de desempleo. Pero vale la pena señalar que el riesgo es menor de lo que suponemos. Para los jóvenes (de 25 a 34 años) en los Estados Unidos, la tasa de desempleo de aquellos con un título en humanidades es del 4%. Un título en ingeniería o negocios tiene una tasa de desempleo de poco más del 3%. Ese único punto porcentual adicional es una persona adicional por cada 100, una cantidad tan pequeña que a menudo está dentro del margen de error de muchas encuestas.
Los salarios tampoco son tan sencillos. Sí, en el Reino Unido, aquellos que estudian medicina u odontología, economía o matemáticas obtienen los mejores ingresos; en los Estados Unidos, ingeniería, ciencias físicas o negocios. Algunas de las humanidades más populares, como la historia o el inglés, se encuentran en la mitad inferior del grupo. Pero incluso para algunos trabajos, parece que en realidad es mejor comenzar con un título más amplio, en lugar de uno profesional.
Por ejemplo, un estudiante universitario que tome la ruta aparentemente más directa para convertirse en abogado, juez o magistrado, con especialización en estudios de derecho o estudios jurídicos, puede esperar ganar un promedio de 94.000 dólares al año en Estados Unidos. Pero aquellos que se especializaron en filosofía o estudios religiosos ganan un promedio de 110.000. Los estudiantes de historia de los Estados Unidos ganan 143.000 y los que estudiaron idiomas extranjeros ganan 148.000.
Así pues, conducirse únicamente por los parámetros del pragmatismo no solo puede hacer que nuestra vida sea demasidado milimetrada, sino que también puede que las cosas sea un poco más difícil de milimetrar de lo que suponíamos.
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