Cada vez es más frecuente el uso de dispositivos implantables que intentan hacer la vida mucho más fácil a las personas enfermas. Conocemos el tradicional marcapasos que se encarga de evitar las arritmias o la bomba de insulina, que administra la insulina a través de un catéter que se encuentra ubicado en la grasa abdominal.
Gracias a estos aparatos se estabiliza a los enfermos e incluso les salva la vida. Cada vez hay mejores materiales, más pequeños y más funcionales. En el campo de la bioquímica destacan las bombas de infusión, que se encargan de estabilizar a un paciente gracias a los fármacos y sensores que utilizan para saber qué tipo de medicamento necesita el enfermo y así aliviar su dolor.
También encontramos estimuladores para la incontinencia, mediante descargas eléctricas se controla el esfínter o una tornillería variada para poder estabilizar las fracturas y corregir deformidades, etc. Cada año aparecen nuevas investigaciones y nuevos implantes, una carrera imparable en el mundo de la medicina.
Gracias a toda una serie de ingenios que se implantan, cada día está más cerca el hombre biónico. Se consigue evitar los síntomas del Parkinson gracias a la estimulación cerebral mediante impulsos eléctricos que envía una batería a unos electrodos.
Un implante coclear recoge los sonidos y los transmite al sistema nervioso para que el paciente pueda oír o el famoso chip de identificación, que se inyecta bajo la piel y el cual contiene información sanitaria… y muchos más que no nombramos ya que la lista sería enorme.
Afortunadamente, vamos a seguir sorprendiéndonos al ver los nuevos avances que ayudarán a tener una vida más satisfactoria. ¡¡Bendita ciencia!!
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