Una presión equivalente al peso de tres coches pequeños al mismo tiempo. Así era una dentellada del Tiranosaurio rex. Es decir, que podía morder casi con 3.600 kilgramos de fuerza, que es más del doble de la fuerza de mordida de los mayores cocodrilos vivos, que ostenta el récord entre los animales que ahora existen.
Gracias a ello, era capaz de pulverizar los huesos de sus víctimas.
La mordida
El instrumento utilizado para medir la presión de mordida es el gnatodinamómetro. Un perro labrador muerde con una fuerza de unos 68 kilogramos por centímetro cuadrado. Los humanos puede llegar hasta los 77 kilogramos.
Para generar el modelo del T. rex, los investigadores de las universidades estadounidenses de Florida y Oklahoma se fijaron en los cocodrilos, que son parientes cercanos de los dinosaurios, y compararon los resultados con los pájaros, que son los dinosaurios de hoy en día.
Con todo, se considera que los tiburones blancos prehistóricos tenían una mordida varias veces más potente que la del Tiranosaurus Rex, según sugirió un estudio dirigido por la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia que fue publicado en la revista Journal of Zoology.
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