Si eres un animal el tamaño tiene ciertas ventajas. Disminuyen los depredadores que pueden amenazarte, puedes dominar un territorio mas extenso y sueles ser lo bastante amenazador para que no te molesten. Sin embargo, también tiene inconvenientes.
A todos nos asustan las imágenes de un Tyrannosaurus rex pero esta extinto. No me gustaría cruzarme con un mamut cuando voy al campo pero también ha desaparecido y en este caso parece que los humanos contribuyeron de forma importante a ello. Una teoría sostiene que el tamaño es un factor que contribuye en gran medida a la extinción de una especie, tanto o más que cambios en el clima o sucesos catastróficos como el impacto de meteoritos.
Estos animales tienen una población más pequeña y el periodo de gestación suele ser más largo ya que las crías de son de mayor tamaño. La maduración sexual suele ser más tardía debido al tiempo y energía empleados en ganar tamaño. Es un precio a pagar que en ocasiones puedes resultar excesivo.
Después de todo, el cocodrilo sobrevivió a los dinosaurios igual que los antecesores de los mamíferos actuales. Una nueva extinción natural o causada por el hombre podría acabar con los elefantes y las ballenas pero ¿y con los ratones?. Algunos científicos como Adam Lipowski defienden esta teoría conocida como teoría de los súper-depredadores. Mutaciones genéticas pueden crear ocasionalmente depredadores tan eficaces que son capaces de eliminar totalmente a una presa y luego resultar también extinguidos al quedarse sin su alimento. Los animales más grandes serian mucho mas vulnerables a este proceso.
¿Sorprendente? Desde luego. ¿Correcto? Quien sabe, nosotros mismos estamos eliminando gran cantidad de especies de las que depende el equilibrio natural. Y ese mismo equilibrio es que el permite que nuestras cosechas no sean arrasadas por plagas. Tal vez no sea una teoría a descartar.
Vía | digg.com/general science En Genciencia | Las próximas extinciones