Cuando echamos un vistazo a las muertes por toda clase de causas, desde los accidentes de tráfico a los asesinatos, a menudo pasamos por alto una cifra mucho más escandalosa: el número de suicidios anuales. Solo en España, hay casi 4.000.
Según el Instituto Nacional de Estadística, 3.870 personas se suicidaron en España durante el pasado 2013. 2.911 fueron hombres y 959 mujeres (aunque hay más tentativas de sucidio por parte de ellas). La tasa de suicidios es de 8,3 por cada 100.000 personas, la más alta desde 2005.
La cifra coloca al suicidio, un año más, como la principal causa externa de muerte (lo hace desde 2007). Anualmente unas 800.000 personas mueren por suicidio al año en el mundo, según la OMS. Se sugiere que el suicidio suele estar asociado a un trastorno mental en el 90% de los casos, evitables en parte en la medida que dichos trastornos son tratables.
Con todo, España es uno de los países con la tasa más baja de suicidios, muy por debajo de la media de la UE, situada en 11,72. Solo mejoran a la española (7.43 en 2012) la tasa de Chipre (3.82 ), Grecia (4.41), Italia (6.68), Malta (6.4) y Reino Unido (7,22). Hay muchas interpretaciones de estas cifras, pero las causas son múltiples y difíciles de aislar.
La prevención parece ser importante para evitar el suicidio, y resulta cuando menos alarmante que muchos dirigentes políticos afirmen que se quiere alcanzar las cero víctimas en algunas cuestiones que aportan mucho rédito político (como la siniestralidad en carretera) cuando jamás se ha aspirado a tal cosa en los suicidios. Y en prácticamente cualquier otra causa de muerte masiva. En cualquier caso, datos para reflexionar y asumir que quizá es inevitable que se produzca X muertes al año en cualquier ámbito, habida cuenta de todos los que somos y todas las interacciones que se producen.
Imagen | JD Hancock
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