Somos tan simples y la sensación de hambre es tan maleable que comeremos más o menos, tendremos más o menos hambre, acumularemos más o menos calorías en función de muchos factores.
Uno de los más básicos es que comeremos más en función de la cantidad de comida que tengamos delante, cual síndrome del buffet libre.
Uno de los estudios más replicados sobre la saciedad entre los niños tuvo lugar en Pensilvania, donde se formaron dos grupos de niños en edad preescolar, uno con niños de tres años y otro con niños de cinco.
A todos ellos se le sirvieron macarrones con queso. El grupo de niños de tres años comió básicamente la misma cantidad con independencia del tamaño de la ración servida, pero el grupo de los niños de cinco años no.
De hecho, el grupo de los 'mayores' comió significativamente más si la ración de macarrones era grande.
Imagen | Markos Cosimi Cannata
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