Acudir en solitario a un restaurante cada vez está menos mal visto (y, además, con nuestro smartphone en ristre estamos conectados con muchas personas mientras comemos). Sin embargo, comer a solas en general, en el ámbito del hogar, no es recomendable.
Al menos existe una correlación que indica que comer solo y vivir solo, al menos en varones, se asocia a una mayor prevalencia de problemas de peso, tanto de obesidad como de delgadez extrema. También existe un déficit de fruta y verdura.
Comer solo
Aunque suene a perogrullo, las personas que comen solas también se suelen sentir más solas. Según un estudio que el Gobierno británico llevó a cabo en 2013, las personas que viven solas también tiran a la basura un 40% más de comida que quienes viven acompañados.
Y en el caso de los ancianos, comer solo es todavía peor, como señala Charles Spece en su libro Gastrofísica:
Muchas personas mayores ingresadas durante largos períodos de tiempo en hospitales o en residencias también sufren de malnutrición, que con frecuencia empeora al verse obligados a comer solos. Cualquier cosa que pueda devolver el elemento social a la hora de la comida podría ayudar a mejorar el estado nutricional de personas vulnerables.
Imagen | José Carlos Cortizo Pérez
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