Aunque nuestros arrebatos de miedo nos impidan sentirlo así, es cierto que viajar en avión implica menos riesgos para la vida que hacerlo en otros medios de transporte.
Pero no siempre es así. Viajar en determinados aviones comerciales puede comportar un riesgo muy alto. Sobre todo si viajáis en líneas asiáticas.
Nada tiene que ver con la tecnología de los aviones de las líneas asiáticas, ni tampoco con sus protocolos de seguridad. Mucho menos tiene que ver con el grado de exigencia que se emplea en las academias donde se instruyen los pilotos de avión.
Todo parece tener que ver con la manera de pensar de los asiáticos.
Las culturas asiáticas se caracterizan, entre otras cosas, por ser extremadamente corteses, respetuosas y hasta vergonzosas, siempre eludiendo lo que realmente piensan, minimizando o suavizando en lo posible lo que se dice y cómo se dice. Los lingüistas usan un término para describir este tipo de lenguaje: discurso mitigado.
Los asiáticos emplean mucho el discurso mitigado, sobre todo si se están dirigiendo a un superior. Esta manera de abordar a la autoridad puede ser muy fructífera en muchos contextos. Pero no lo es en absoluto en el contexto de una cabina de avión durante una noche tormentosa, sobre todo si tu superior es el capitán y está pilotando el avión en ese momento.
Hasta hace poco, si un capitán pilotaba el avión de una línea asiática, las probabilidades de que el avión se estrellara eran mucho más elevadas que en cualquier otra línea aérea de cualquier otra cultura del mundo. Y no es porque el capitán fuera menos diestro con los mandos, sino porque sus ayudantes, la torre de control y, en general, todo el que se dirigía a él no era capaz de expresarle claramente, sin fisuras, que se estaba equivocando en algo.
Aunque el riesgo de muerte fuera inminente, los copilotos preferían emplear un discurso mitigado antes de ofender a su capitán, como han demostrado los análisis de las cajas negras de los aviones accidentados. Preferían morir antes de violar su manera de comportarse, como descubriremos en las investigaciones realizadas al respecto en la siguiente entrega de este artículo.
Vía | Fueras de serie de Malcom Gladwell