Si te introduces a plomo en la variopinta oferta de portales de citas online o simples redes sociales para propiciar la charla, lo que ahora se denomina dating, advertirás, a poco que tengas ciertas inquietudes culturales o intelectuales, que la oferta disponible no es tan variopinta.
De hecho, todo parece un interminable catálogo de postureo cani, fotos cenitales para ocultar la papada, tableta de chocolate frente al espejo del baño cutre, insinuación de pechos o ingles a la vez que se reclama que se mire en el interior de las personas, que se busca algo serio y que se está harto de las mentiras, y una larga sucesión de tópicos que cabrían holgadamente en el próximo casting de Gran Hermano.
Es raro hallar gente con gustos minoritarios, y ya no digamos gente con intereses culturales que se aparten ligeramente del canon del bestseller o las Cincuenta Sombras de Grey. Pero incluso sin buscar mentes tan hondas, la sensación de que más es menos en el dating también la experimentan muchas personas que buscan parejas más anodinas, sobre todo si las buscadoras son chicas. Todos parecen lo mismo, o directamente nada llama nuestra atención.
Un fenómeno que los investigadores han bautizado con el nombre de relationshopping. Es lo que se desprende de la revisión “Online Dating: A Critical Analysis From the Perspective of Psychological Science”, publicada en 2012 en la revista de la Association for Psychological Science.
Este fenómeno es más habitual en los sitios donde puedes ir pasando fotos y analizando perfiles sucintos, como si estuvieras en una tienda de zapatos. Zas, zas, zas… y cuando llevas 400, todo te parece lo mismo, como un palimpsesto de ligones.
Homogamia
Otro riesgo de estos portales es que nos permitan buscar usuarios que se parezcan mucho a nosotros, tanto en orientación política como en aficiones muy concretas, edad, estudios, etc. Buscar la similitud es importante para el amor, pero los autores de la revisión señalan que un exceso de la llamada homogamia pervierte el aliciente de la complementariedad y el interés en conocer novedades en el futuro partenaire.
La supuesta homogamia también esconde otras dobleces, como abunda en el estudio mencionado Pere Estupinyà en su libro S=EX2:
Coincidir en aficiones o expectativa no contribuye necesariamente al éxito de la potencial relación. Entre otras cosas, porque otro de los peligros identificado por la revisión es que los usuarios no son del todo sinceros al describirse en sus perfiles. Un estudio seleccionó al azar a ochenta usuarios de citas online para comparar la edad, el peso y la altura declarada con sus medidas reales, y concluyó que ocho de cada diez usuarios había alterado alguno de los valores. El 60 por ciento mintió acerca de su peso, el 48 por ciento sobre su altura y el 19 por ciento modificó su edad.
Con todo, el dating sigue en auge, y ya entre 2007 y 2009 en Estados Unidos el 22 % de todas las parejas que se formaron fue a través de internet, lo cual representa la segunda forma más común de encuentro, solo superada por conocerse a través de amistades.
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