Según un diccionario médico, la Agnosia, es un trastorno de la facultad de reconocer los objetos, que no puede atribuirse solamente a deficiencias de tipo sensorial, sino que implica cierta deficiencia específica en el orden intelectual.
Existen variedades de agnosia que corresponden a los órganos de los distintos sentidos: ceguera, sordera verbal, táctil, etc.
Investigadores de Carnegie Mellon y la Universidad de Princeton estudiaron el cerebro de un paciente, llamémoslo SM, y pudieron descubrir que no solo se veía afectado la parte del hemisferio derecho que se había dañado en un accidente, sino también el hemisferio izquierdo sin ningún tipo de lesión aparente.
Después de hacerle una resonancia magnética (MRI) y comparar resultados, hicieron grandes hallazgos y los publicaron en la revista Neuron.
La parte del cerebro donde se le realizó la prueba, conocida como corteza visual, era similar en SM y en pacientes sanos. Sin embargo, en las proximidades de la zona donde SM tenía la lesión, la actividad cerebral había disminuido.
No es que su cerebro dejara de responder a la información visual, sino que era incapaz de asimilar dicha información que recibimos cuando un objeto es conocido, como una armónica, un lápiz o una silla.
Pero eso no es todo, el hallazgo más sorprendente llegó cuando los médicos se dieron cuenta que el hemisferio izquierdo tenía una actividad anormal, justo en la zona donde el homólogo derecho sufrió la lesión.
Este hecho nos llevó a la idea de que existe una especie de cooperación entre los dos hemisferios que es necesaria
Dijo el Dr. Behrmann.
Al entender exactamente qué regiones del cerebro se ven afectados y cómo, el Dr. Behrmann cree que algún día podría ser posible desarrollar dispositivos para ayudar a los pacientes con trastornos como el reconocimiento visual.
Vía | New York Times